Pánico en el bosque de los corazones marchitos

Pánico en el bosque de los corazones marchitos

Cubierta-pánico-en-el-bosqueJack Mircala (autor e ilustrador):Pánico en el bosque de los corazones marchitos o El romance espeluznante de Fastidio y Bladís. A Coruña: Bululú, 2013.

Sucedió en Malvadia. El origen de los Engendros Pánicos que habitan en el bosque de las afueras es la conjunción entre un peculiar árbol envenenado por el rencor y los sueños perdidos de los que despiertan en medio de la noche. Estas criaturas, los Engendros Pánicos, se clasifican según su aspecto en Espantos, Tormentos, Agonías o Miedos. Pero son de carne y hueso, a pesar de ser extraños y horrendos. Se dedican a asustar durante el día a los habitantes de Malvadia, puesto que no pueden asustarlos por la noche ya que no hay nadie en las calles. Los Pánicos nunca duermen, y se dan cuenta de que los malvadianos reponen fuerzas con el sueño. Preocupados porque los habitantes descubran que son inofensivos, deciden investigar la forma de conciliar el sueño, para lo que su líder, el violinista Fastidio, acude en solitario al pueblo en busca de la única persona que no se asusta al verlos, la pianista Bladís. De la mano de Bladís, Fastidio y los Pánicos iniciarán un viaje sin retorno, cambiando sus vidas para siempre de un modo que no habrían podido imaginar.

La historia es sencilla, clásica y narrada con claridad. Un cuento que sigue todas las reglas necesarias para crear en el lector la necesidad de seguir leyendo: un final delicioso, una historia de amor, personajes bien definidos, un halo de misterio, un problema que resolver, un acto heroico que desencadenará el destino de todos… En definitiva, buenos ingredientes y una narración rica en elementos expresivos a la par que fluida.

Las ilustraciones son de una gran elegancia y minucioso trabajo. Realizadas a tinta (Rotring) íntegramente, con suma sensibilidad y gran detalle, Mircala hace brotar de ellas una actitud romántica, nostálgica, gótica -notas que definen el estilo del artista-. Nos sorprende la expresividad que puede dar a sus ilustraciones en blanco y negro. A través de ellas se respira un aire al estilo de  Tim Burton y un recuerdo a la Inglaterra del siglo XIX.

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Y en cuanto a la edición, nos encontramos con un trabajo cuidado que destila una sensibilidad pareja a la del autor. El único tropiezo con el que me he encontrado ha sido una traviesa tilde que se ha colado en un monosílabo (pié)  de la página 20, pero dada la belleza de la edición podemos pasarlo por alto. Se han decidido por una edición en tapa dura y formato grande, con láminas gruesas y en un tono crema sobre el que, tanto la historia como las ilustraciones que se erigen, cobran un aire más romántico si cabe.

Además, es de agradecer que la editorial Bululú haya decidido dar vida a esta fantástica historia de Jack Mircala, que llevaba años sin ver la luz. Podemos conocer así otra faceta de este artista más conocido por su técnica con las cartulinas con las que hace sus impresionantes maquetas. Y porque no todo libro hermoso, no toda historia tierna tiene que nacer del color rosa, ésta, rescatada y desempolvada al fin, brilla con luz propia entre las miles de opciones que nos encontramos en el panorama actual. O, quizá, dado el estilo del artista, deberíamos decir que lo ensombrece de forma magistral.