Nat y el secreto de Eleonora

Nat y el secreto de Eleonora

Anik Le Ray (texto) y Rébecca Dautremer (creación gráfica original): Nat y el secreto de Eleonora. Zaragoza: Edelvives, 2010. Traducción: Elena Gallo Krahe nat_phixr

Nat y el secreto de Eleonora es la adaptación literaria de la película de animación francesa Kérity, la casa de los cuentos (Dominique Monfery, 2009), estrenada en España en el año 2011, un film que se aleja de los patrones a los que la industria cinematográfica estadounidense nos tiene acostumbrados en lo que a cine de animación infantil se refiere.

La historia creada por Anik Le Ray y Rébecca Dautremer nos invita a adentrarnos en un mundo donde todo es posible, donde la responsabilidad, la amistad, el coraje, la confianza en uno mismo o la perseverancia se personifican en un niño, Nat, un chico que no sabe leer y que hereda una biblioteca que esconde muchos secretos. La familia de Nat veranea todos los años en la casa de la tía Eleonora, quien disfruta contándole cuentos a sus sobrinos. Cuando ésta fallece hacen saber a Nat que él es el heredero de la biblioteca de la tía, algo que en principio no le causa gran satisfacción, pues si no sabe leer ni tiene quien le lea, ¿para qué quiere tantos libros? Sólo que cuando accece a la biblioteca se da cuenta de que los personajes de los cuentos cobran vida y que necesitan su ayuda. Un reto (aprender a leer), el peligro de que el mundo de los personajes de los cuentos desaparezca y una aventura contrarreloj harán que Nat se enfrente consigo mismo y a todo aquello que tiene pendiente.

Aunque el hecho de ver primero la película hace que se pongan de manifiesto muchas de las carencias del libro, especialmente en lo que a emoción, sensibilidad (el movimiento y la música juegan un papel esencial) y tratamiento del texto y de la trama se refiere,  Nat y el secreto de Eleonora merece ser tenido en cuenta por cuanto tiene de reivindicación de la lectura y de los libros, especialmente de los clásicos, por la complicidad que se establece con los personajes, el humor al ver a los personajes de cuentos fuera de su contexto, por alentar la imaginación y por poder disfrutar de una genial  ilustradora con un estilo muy personal. Si la belleza estética de la película mitigaba su puntual ritmo lento, las ilustraciones de la adaptación literaria sirven también para rescatar un libro que sin ellas perderían gran parte de la magia que envuelve a esta historia y que trasciende en mucho al texto. La atmósfera que crea, ese mundo de ensueño y encantamiento cargado de detalles presente en la película no se pierde en el libro, presentado en formato álbum pero sin dejar de ser un libro ilustrado, magníficamente presentado, en el que las imágenes a doble página se han escogido muy conscientemente.

No será difícil encontrar una buena ocasión para hacer un hueco a su lectura. Es un texto fácil, sin grandes pretensiones, cuya lectura será seguida sin dificultades por los pequeños. Tiene las dosis justas de aventura, intriga, humor e interacción, propiciada por el hecho de que los personajes de los cuentos cobren vida. Pero Nat y el secreto de Eleonora es una buena apuesta para esos primeros lectores que ya tienen autonomía en sus lecturas. Estos serán los que disfruten plenamente de un libro en el que la imagen vale más que mil palabras.