El temor del hombre sabio

El temor del hombre sabio

Patrick Rothfuss. El temor del hombre sabio. PLAZA & JANÉS . 2011

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Otra obra de arte, esta segunda parte de El nombre del viento.

Es una historia que te atrapa desde el primer momento con ese silencio triple. Quizá el desconocimiento de la enigmática vida de un fugitivo y ese halo de misterio que le acompaña, o la increíble capacidad de storyteller del autor, provoca en el lector una fascinación casi hipnótica por seguir leyendo la historia de Kovthe.

Esos pequeños detalles encantadores que enmarcan toda la obra, desde el recuerdo de pequeñas piezas musicales, esas dosis de mindfulness al contemplar la espada colgada en su taberna, lo pausado de sus tareas al hacer el pan,  la camaradería con su fiel amigo Bast, su compañero de fatigas, o la dulce e impenetrable mirada de Auri. Pequeñas cosas que revelan diferentes personalidades y una muy cuidada ambientación.

La pasión que desprende de sus palabras cuando habla del laúd de un músico de troupe, así, con todas las letras, te contagia motivación y entusiasmo y te hace amar la música por encima de todas las cosas.

La vida de un estudiante de una universidad, un tanto atípica pero deseada, con compañeros inseparables, con la rivalidad de la diferencia de clases, la clara diferencia de sexos, donde las mujeres marcan de manera especial al protagonista, en un mundo que parece hecho para hombres.

Si bien la primera parte nos introducía la figura de Kovthe, el protagonista y su infancia, en esta segunda parte ahonda más en el paso de su adolescencia a la madurez, en sus relaciones sociales y cómo estas marcan el rumbo de su vida. Ensalza la amistad de una manera inequívoca e incluye perlas sentimentales como el clásico de cómo enamorar a una mujer con poesía o el momento mágico con Felurian en lo que parece el paraíso.

En una vida totalmente desordenada, donde los reflejos en el caos del Archivo o en el estricto orden del «maer» con sus exigentes rituales, el protagonista va creciendo a medida que avanza la historia.

Sus primeras relaciones sexuales con una carga eminentemente práctica nos deja conocer al protagonista en su más terrenal momento, y donde siempre le acompaña fiel el conocimiento de algo nuevo, manteniendo esa curiosidad infantil por todo, porque Kovthe, no deja de ser un niño perdido y marcado por la venganza.

Considero muy valiosa la parte en que cuentan historias nocturnas alrededor de la hoguera en el bosque de Eld. Esa tradición oral que se transmite de manera inconsciente pero que sugiere toda clase de realidades. Sin duda la sabiduría popular actúa de alguna forma como oráculo.

Ha sido capaz de crear un nuevo lenguaje, el de los Adem, tan expresivo e inexpresivo al mismo tiempo que queda tan arraigado en el lector que subconscientemente lo utiliza («ironía.sorpresa»).

 Lo tiene todo.

Aventuras, amor, magia, misterio… Todo perfectamente relacionado, encuadrado, enmarcado en una época fantástica que mezcla lo medieval con la leyenda.

Esperaremos ansiosos la tercera parte de esta magnífica historia y…su silencio triple.