Mariangela Venutolo(autora) y Melissa Díaz (iliustradora).La niña del pelo corto. Manatee Books. 2015

Con la niña del pelo corto encontramos una historia sensible y solidaria donde con la idea de acercar la enfermedad a los niños se pretende un acercamiento en conducta, una empatización que propicie que todos seamos más generosos, porque hay gente, en este caso niños, que lo pasan mal.
El libro lo escribe una madre a su hija para explicarle que hay niños que sufren Cáncer y ese es el motivo de que a veces esos niños no tengan pelo. Con este simple hecho, la falta de pelo, se levanta la conciencia de la niña que no duda en cortarse el pelo y donarlo para crear pelucas para enfermos de cáncer. Aquí es donde surge La niña del pelo corto.
La historia viene avalada por esa comparación de pelo largo y salud frente a sin pelo y enfermedad, y es así como empieza describiendo esa bella cabellera.
El corte de pelo produce un shock en sus compañeros que no entienden como ha podido cambiar su bello y lustroso cabello por el equivalente en sonrisa. Aquí demuestra lo poco tolerante que es la sociedad en la que vivimos que fija su atención en elementos externos y materiales y no logra descubrir el maravilloso interior de Lucy, nuestra niña protagonista, la dueña del precioso pelo, la que realmente sabe el porqué del corte y se siente orgullosa de ello.

Pero la historia gira inesperadamente acercando el foco de atención en la enfermedad, que si en un primer momento se había visto desde un plano externo ahora se siente en las propias carnes de Lucy. Es entonces cuando sus amigos si se dan cuenta de lo grave del asunto. En realidad fue la mejor lección que les pudo dar a sus compañeros, que con el sentimiento hacia Lucy ponen de su parte en su pronta recuperación igual que en su día lo hizo ella desinteresadamente.

Sin duda una historia que nos llega a lo mas profundo del corazón. El hecho de que sus protagonistas sean niños no hace sino ampliar nuestras expectativas del poder que la amistad puede hacer en la recuperación de los enfermos y lo importante que son los temas emocionales en estos casos.

Una bonita manera de adentrarnos en la enfermedad y explicar a nuestros niños, tanto en el aula como en casa, que lo mejor que podemos hacer es ser generosos y siempre mostrar una sonrisa porque hay personas que las necesitan más que nada, porque puede marcar la diferencia de su recuperación  o no.

Las ilustraciones son digitales y amables y complementan perfectamente la temática con colores vivos y alegres, buscando ese mensaje optimista que propicia que en el intento de sensibilizar a los niños acerca de una enfermedad se logre el propósito y todos pongan su granito de arena en la recuperación del enfermo. Todo ello dentro del contexto escolar.

Al final de la historia encontramos juegos de comprensión lectora y pasatiempos  de encontrar las diferencias, algunos con un carácter marcadamente metafórico como la del árbol desnudo y vestido (con pelo/ sin pelo), … Además la invitación a todos los niños que lean el cuento a compartir su propia historia solidaria que aparecerá en el blog de la editorial, un buen ejemplo de cómo crear una red solidaria implicando a los más pequeños y que promete convertirse en un auténtico proyecto lector, perfecto para el aula.

Teniendo en cuenta que se diagnostican más de 1.100 niños cada año por esta enfermedad merece una mención en las aulas y para ello se podría incluir dentro del recorrido lector y preparar alguna actividad transversal hacia el 15 de febrero que es el Día Mundial contra el Cáncer infantil.

Para terminar da paso a una breve biografía de la autora , ilustradora y editorial.

Lo podéis encontrar  en formato digital en Amazon, Nubico e iBooks.

Aquí tenéis el booktrailer: