Alicia en el país de las maravillas

Alicia en el país de las maravillas

Lewis Carroll, Rebecca Dautremer (ilustradora). Alicia en el país de las maravillas. Edelvives. 2011

 

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La eterna de Alicia en las manos de esta ilustradora es darle una vuelta de tuerca a los matices que tan complicada historia provoca en los lectores.
No solo el hecho de que a pesar de tratarse de un libro infantil, su carácter psicológico  abre la puerta a un mundo más adulto, aunque con la llegada de Disney se perpetuó en el imaginario colectivo como la pequeña niña rubia de ojos azules que sigue al conejo blanco y vive aventuras.
Aquí la historia narrada es la misma de Lewis Carrol, con un formato pequeño muy amigable, un mini álbum,  con páginas satinadas que le dan aspecto de baraja gigante, muy apropiado al tema.
Rebeca Dautremer le da un efecto muy realista, a veces a doble página, que nos acerca a una Alicia diferente, menos suave y onírica, a veces incluso en pequeños bocetos que reflejan algunas acciones presentes en la historia: la caída por el agujero el jardín, el ratón que lucha por no ahogarse entre sus lagrimas….Espectacular la aportación final en la solapa de la contraportada del gato. Un empuje definitivo a la animación hacia la ilustración.

Lo absurdo se instala en esta mezcla de sueño y realidad en la que algunos animales personificados entran en acción con diferentes roles. Desde el ratón storyteller hasta el dodo juez todos tienen cabida en la imaginación  infantil de Alicia. No dejéis de probar la carrera electoral si tenéis niños pequeños y mas  ahora en verano, promete ser una experiencia divertidísima.
La locuacidad de Alicia se topa en ocasiones con el descaro y la falta de tacto y es por eso que en varias ocasiones se encuentra sola y desamparada; justo el momento perfecto para que aparezca el conejo blanco con prisas.
No sabemos si ese afán por crecer y decrecer se debe a algún trauma alimenticio (quizá una exigente educación alimentaria), ni si el hecho de que casi todos los personajes sean animales, del tipo de las mascotas, tenga relación con algún detalle de la vida del autor. Lo cierto es que la calidad de las imágenes de Rebeca Dautremer difiere bastante de lo que estábamos acostumbrados. Me ha parecido ideal la casita en el estanque del conejo blanco.
Evidentemente la «inconsciencia » de Alicia alude durante toda la obra al tema educativo y político con cierto tono satírico. Quiza un estilo educativo autoritario podría provocar esta rebeldía onírica ante el ansia de otro tipo de aprendizajes más libres y activos .
Y esa creatividad imaginativa se nutre de las imágenes donde caben tanto bocetos como auténticas obras de arte pensadas al mínimo detalle. O incluso imágenes en acción timage6odo con un estilo retro/ vintage tanto en las tonalidades como en los diseños.
Destaca frente a otros ilustradores infantiles las expresiones faciales de sus personajes, ni suavizados ni infantiles, al estilo clásico,  con toda la dureza que le permiten las circunstancias literarias, con cierto toque melancólico. Vemos a una Alicia mas autentica, mas real, mas como Lewis la vio en la hija de sus amigos (Alice Liddle). Aunque se pueden ver ciertos retoques gráficos a ordenador, lo más lógico por otra parte tratándose de una diseñadora gráfica, en esta ocasión brilla por su naturalidad con el lápiz , por su cercanía a la escuela flamenca de pintura, véase la pág. 205, incluso en las tonalidades.

 

Podéis ver la obra de Rebeca Dautremer en el Museo ABC de Madrid del 4 de junio hasta el  30 de septiembre de  2015.