Rocío Bonilla

Rocío Bonilla

Rocío BonillaConocemos a Rocío por Cara de pájaro y La montaña más alta de libros donde además de ilustrar ha escrito el texto. Tuvimos la suerte de encontrarla firmando ejemplares en el stand de la Feria del Libro de Madrid y fue allí donde le propusimos esta entrevista, no sin antes obsequiarnos con una magnífica firma ilustrada de cada uno de los cuentos que hemos mencionado. Merece la pena ver este proceso creativo, en tan sólo unos instantes, y descubrir que el arte es posible con sólo unas pinceladas.

Podéis ver todos sus trabajos en su blog.

 

P: Anteriormente, sólo ilustrabas las obras. ¿Por qué este cambio?

R: Ya llevaba unos años trabajando como ilustradora cuando, un día, se me ocurrió una idea, el punto de partida para una pequeña historia. Empecé a escribirla, pero aquel cuento se quedó a medias, metido en un cajón. No fue hasta al cabo de mucho tiempo, quizás un año, cuando me animé a darle forma y desarrollar el proyecto, como autora e ilustradora, y así nació mi primer álbum personal, Cara de pájaro. Una vez rompí el hielo, fue más fácil animarme a escribir otras historias. Pero no se trata exactamente de un cambio, ya que, posteriormente, he seguido ilustrando textos de otros autores.

P:¿Te sientes más cómoda implicándote en el proyecto completo?

R: En absoluto, la verdad es que se trata de dos procesos de trabajo muy distintos, cada cual con sus características propias, y no se pueden comparar. De hecho, sigo combinando proyectos propios con encargos de ilustración, y creo que funciono mucho mejor así. Cuando trabajo como autora, texto e imágenes acostumbran a surgir de forma casi simultánea, y ambos son susceptibles de cambios hasta el final del proceso, si ha de beneficiar y enriquecer el conjunto.

La libertad es absoluta, nadie ni nada te condiciona. El proceso creativo resulta muy intenso en tanto que es personal 100%. Pero esa libertad también implica tener la responsabilidad de tomar continuas decisiones, plantearte mil dudas, y ello te lleva a disfrutar muchísimo aunque también a sufrir muchísimo, a ratos.

Cuando doy por finalizado el proyecto, tengo la sensación de haberme «vaciado» por completo y, en esos momentos, soy incapaz de pensar en una nueva historia, necesito dejar distancia y volver a cargar las pilas. Esto lo consigo empezando con otro proyecto en que el texto ya esté escrito, porque me ayuda mucho el hecho de tener fijado el punto de partida.

Quizás el proceso de ilustrar un texto ajeno no sea tan objetivamente intenso y visceral, ya que la libertad es parcial y, según qué editor, los directrices más o menos encorsetadas, pero son precisamente esos condicionantes los que hacen del proyecto un reto.

La verdad es que resulta enormemente estimulante tomar las palabras de alguien, interpretarlas, plasmarlas como imagen, dar forma al universo que ha imaginado esa otra persona, pero a la vez aportando tu propia visión personal, intentando que las imágenes no sean una mera comparsa del texto, sino que aporten un valor añadido.

P: Cuando te dan un texto para ilustrar ¿qué proceso sigues hasta que se hace realidad la imagen que lo representa?

R: En primer lugar, lo leo muchas veces para que no se me escape ningún detalle importante. Acostumbro a tener cerca un papel para ir anotando o bocetando aquello que el texto me va sugiriendo, ideas, o cómo van a ser los personajes.

Una vez he definido a los personajes, elaboro el storyboard. Se trata realizar un pequeño boceto de cada página doble, normalmente a lápiz, aunque puede tener un toque de color si éste es significativo en la escena.

Esta planificación del libro es básica, ya que en ella vemos claramente la composición, si se va a trabajar como página simple o doble, dónde va a ir el texto, dónde las imágenes, los personajes, la acción. Y una vez acabado, tenemos todo el libro encima de la mesa de un sólo vistazo, por lo que podemos comprobar si funciona bien en conjunto, si alguna página queda repetitiva, o alguna franja aburrida, podemos mejorar algún aspecto, etc.

Una vez aprobado el story, comienzo a trabajar las ilustraciones definitivas, primero a lápiz y después con acuarela, gouache, lápices de colores, depende del libro.

P: Algún consejo para los que están empezando

R: Pienso que es muy importante creer en lo que haces, vivir el proceso creativo con honestidad pero, sobretodo, trabajar mucho y ser muy muy perseverante.

P: Tus próximos proyectos…

R: Justo esta semana he acabado de ilustrar una colección para Barron’s (EUA), cuatro libros preciosos sobre animalitos y ciencias naturales para niños pequeños.

Estoy empezando con un texto para álbum ilustrado que ha escrito Eulàlia Canal y que me ilusiona muchísimo y, cuando acabe, tres pequeñas historias para Editorial Crüilla.

También tengo un nuevo álbum personal a medio escribir, pero de momento está aparcado… ¡snif!

En cuanto a publicaciones inminentes:

A finales de septiembre, sale mi último proyecto personal, el álbum «¿De qué color es un beso?», que se publica aquí, en Bélgica, Francia y Estados Unidos y, en octubre, ya podremos ver en librerías una colección sobre gestión de emociones para niños que he tenido el placer de ilustrar para Elsa Punset, todo un reto. ¡Espero que os gusten!

Estaremos atentos a sus novedades para seguir disfrutando de su obra.