Lucía Cobo (ilustración) y José Ramón Alonso (texto): Osa. Madrid: Narval, 2015. 24 pp.

Este primer álbum ilustrado de Lucía Cobo es un «libro tranquilo», en el doble sentido que le daría Pep Molist; porque es sereno y calmo, y porque trata del curso de la vida.

En síntesis, el libro nos narra con tranquilidad el desarrollo en paralelo del ciclo anual de las estaciones y del ciclo de la vida. En el nivel de la superficie, sin embargo, nos cuenta cómo Osa hiberna y al despertar en primavera se sorprende con una novedad inesperada. Y en conjunto, la historia muestra con delicadeza algunos sucesos sencillos que, de cerca (y la ilustradora se ocupa muy mucho de mostrarnos espectaculares primeros planos), son grandes y decisivos.

Ustedes descubrirán ilustraciones a doble página, concebidas de forma casi independiente, como encuadres aislados cada uno con su perspectiva singular. Verán que tanto el trazo del dibujo como la coloración suave buscan deliberadamente despertar la ternura hacia el personaje.

Es singular el uso metafórico de muchas ilustraciones, con equivalencias del estilo de patas = troncos, sombra de la osa = árbol, esperanza = retoño, o cuerpo tendido = montaña. Este tipo de imágenes parece ser del gusto de los editores, pues juegos análogos encontrábamos en la Caperucita Roja de Adolfo Serra.

Imágenes comparadas de Osa (L. Cobo) y Caperucita Roja (A. Serra)

Nos ha parecido, sin embargo, que el texto no estaba a la altura de la calidad simbólica de la ilustración. Tal vez demasiado lineal, tal vez demasiado tiempo presente, o tal vez un ritmo demasiado monocorde.

Ello no impide que este no sea un buen estreno de los autores en el campo del álbum ilustrado. A los niños les acerca a la comprensión de los ciclos vitales y les asoma al entorno natural, les hace comprender el mecanismo simple de la vida y les alimenta creativamente su imaginario a partir de las asociaciones entre flora, fauna y seres inanimados que producen las ilustraciones.