Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo

Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo

Teresa Benéitez (Autora), Flavia Zorrilla (Ilustradora). Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo. Bilbao: A Fin de Cuentos, 2016, 80 pp.

Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo es el primer título publicado por A Fin de Cuentos. Se trata de una editorial muy joven que busca dar voz a libros de no ficción, acompañados por cuidadas ilustraciones y con el objetivo de combinar ocio y conocimiento. De momento, con esta primera obra, han marcado un buen comienzo en esta línea.

El título que tenemos hoy entre manos no se trata de un álbum ilustrado y no forma parte de la narrativa infantil, sino que nos presentan un libro informativo en el que se presentan uno por uno, una apetitosa serie de alimentos que han cambiado las costumbres gastronómicas de diversas partes del mundo. Las entradas están divididas en dos secciones principales: Mapa de los alimentos que se llevaron a América y Mapa de los alimentos que se trajeron de América.

En el elenco que da sabor a las páginas hay alimentos que bien podrían formar parte de un apetitoso picnic de verano en alguna playa del Mediterráneo; aunque tampoco faltan agasajos para los más golosos comensales. Trigo, arroz, tomate y maíz comparten protagonismo con azúcar, plátano, cacao y vainilla, entre otros.

A cada alimento le dedican dos dobles páginas, con interesante información histórica combinada con datos curiosos: ¿Sabían que China es el segundo país del mundo por hectáreas de viñedo plantado o que el maíz se utiliza para hacer pañales? Además, se incluyen citas gastronómicas de célebres personajes (Federico García Lorca comparte protagonismo con Pablo Neruda, Bertolt Brecht o el mismísimo Confucio). Evidentemente, como buen libro de gastronomía, no faltan las recetas para que el lector se meta en faena.

Las ilustraciones de Flavia Zorrilla llenan de color cada página y le dan al libro una nota fresca y alegre que acompaña muy bien al texto de Teresa Benéitez (cuyo interés por la gastronomía y la cocina viene de lejos, muestra de ello es su blog). Es un libro que no se presta a leerlo en una sentada, sino que ofrece aprendizaje y entretenimiento en pequeñas dosis, racionadas en el tiempo.