Todas las hadas del reino

Laura Gallego: Todas las hadas del reino. Barcelona: Montena (Penguin Random House), 2015. 477 pp.

9781101912515

 

Traemos aquí uno de los libros más esperados del año en nuestra literatura infantil y juvenil. Laura Gallego es «una de las grandes», y pone en ascuas a toda una legión de fans cada vez que anuncia la publicación de un nuevo libro.

Todas las hadas del reino está ambientado en ese lugar (o no-lugar) que es el mundo de los cuentos tradicionales. El protagonismo se lo da a uno de los eternos secundarios de esa literatura: un hada madrina. No, no una como las de La Cenicienta de Disney, sino alguien mucho más cercano por carácter y complejidad a la que vemos en la ilustración del estudio Escletxa en la cubierta.

El hada se llama Camelia, y es una de las siete hadas que componen la orden de las madrinas: esas hadas que ayudan a algunos humanos a superar sus dificultades. Durante las primeras casi 300 páginas, recorremos con Camelia los diferentes reinos, asistiendo a su ajetreada misión de ocultar princesas de las manos de quienes quieren hacerles daño, conseguir que los héroes (o no tan héroes) se unan con sus amadas, liberar a muchachitas de los tormentos impuestos por sus madrastras, o conceder dones a infantitos caprichosos. Pero hay una sombra asomando entre los capítulos. Algo que no sabemos qué es, pero que tal vez guarde relación con la decadencia a la que parece abocada la orden de las hadas madrinas. Su presencia en el mundo de los humanos está sometida a demasiadas contradicciones. Es esto, precisamente, lo que hará que inesperadamente el carácter de Camelia se transforme, surja de repente un conflicto y comience de verdad la acción.

Laura Gallego no necesita convencernos de que es una experta en la cuentística tradicional. De hecho, es casi abrumadora la cantidad de coqueteos con los cuentos maravillosos (unos más conocidos, otros menos): Piel de Asno, el motivo de las monedas que caen de la boca, los caballos habladores, las pruebas crueles de las madrastras, el rey rana, Caperucita Roja, la gallina de los huevos de oro, la bruja de Hansel y Gretel, los zapatos de hierro candente, el gato con botas… La lectura se ameniza con estos adornos del argumento. Uno de los grandes aciertos es la creación de esos personajes que llama Ancestrales, de los que sin duda querríamos saber mucho más. Atentos, pues a Ren. (Saber que Laura Gallego se había inspirado en el zorro Renart, por cierto, me ha traído a la memoria las estupendas películas de stop-motion de Starewicz…). Otro acierto magnífico es la relación que se establece entre las hadas y las brujas, verdaderamente imaginativa y muy sugerente. E incluso la vinculación de las brujas de los cuentos con las brujas de la historia, en una quema al estilo inquisitorial que les pondrá los pelos de punta.

El libro dedica 300 páginas a calentar motores; tengan, pues, paciencia. La autora se ha preocupado mucho por hilar todos los cabos de la trama, urdiendo con habilidad los giros y sorpresas. Ocurre, a su pesar, que al utilizar tantos personajes de cuentos, la mayor parte de lo que sucede en esas páginas está estereotipado. Tampoco se presta toda la atención que querríamos a los poderes que pueblan el mundo, dando casi por cotidianos los diferentes espejos mágicos, por ejemplo, cuando querríamos saber más sobre de dónde vienen, quién los creó, qué otros espejos hay, etc. Piensen que a Tolkien unos anillitos le dieron cuerda para escribir la mayor de sus obras. La relación de Simón con Asteria, sin embargo, hará las delicias de las adolescentes. (Y eso pese a que Simón es un «héroe» de lo más soso: tan carente de habilidades que recuerda mucho al primer Harry Potter, que lo único que le hacía especial era tener un montón de valedores alrededor que le regalaban objetos mágicos.) Hay mucho de sentimientos, de amor, de noviazgos y de bodas deseadas en todo el argumento inicial. El momento de la adolescencia se retomará después, en otro personaje, en un capítulo que nos parece estupendo por el tratamiento simbólico: aquel en el que Felicia abandona su muñeca al descubrir la estatua de un chico…

Entren en esta aventura, bien construida, bien narrada, original en su planteamiento y más aún en su resolución. Tal vez logren creer en las hadas. Aquí les dejamos el booktrailer de la editorial: