Oliva y el mal humor

Freeman, Tor; Oliva y el mal humor. Reino Unido: Editorial Flamboyant, 2015, 32 páginas.

 

Hoy Oliva se ha levantado con el pie izquierdo y está de muy mal humor. Por eso no quiere jugar a dinosaurios con Mar, ni al fútbol con Pepe. Ni siquiera el sombrero nuevo de Matías es capaz de sacarle una sonrisa. Y es que Oliva no consigue ver más allá de la nube negra que lleva sobre su cabeza desde que se levantó. Por suerte, algo sucede y Oliva conseguirá ponerse contenta de nuevo… Pero, una vez recuperado el entusiasmo, ¿estarán sus amigos todavía dispuestos a jugar con ella?

Oliva y el mal humor es una historia cómica y muy ocurrente sobre cómo nuestras emociones nos afectan a nosotros mismos, pero también a los demás. Oliva y su mal humor irán dejando huella allá por donde vayan, y todos los amigos con los que se encuentren ese día soportarán su fastidiosa actitud, lo cual tendrá consecuencias inesperadas.

 Se trata de un libro muy ameno, con una historia muy divertida y ligera de leer. Las páginas contienen poco texto y muy directo, basado sobre todo en el diálogo y con ilustraciones muy alegres y expresivas. Es muy destacable cómo la autora, que es también la ilustradora, consigue representar con sus dibujos las emociones de cada personaje, con un toque muy cómico y travieso.

El lector, sea niño o adulto, disfrutará mucho con Oliva, riéndose a carcajadas con el lado simpático de su mal humor. Y es que la protagonista produce en los niños, y también en los adultos, sentimientos encontrados. Su enfado y tosquedad resultan entrañables. Su brusquedad inicial deriva en situaciones muy agudas y divertidas. En cada página, Oliva nos sorprende con su aspereza mientras nos arranca una carcajada de forma irremediable.

Y éste es uno de los puntos fuertes de este libro: entender que todos podemos estar de mal humor pero seguir siendo queridos. Porque tener un mal día no nos convierte en malas personas. Como le sucede a la malhumorada Oliva, tan ruda y a la vez tan entrañable.

Por último, sólo añadir que el final de este libro es sencillamente genial. Un remate redondo y muy ingenioso que seguro os dejará con una gran sonrisa.

 

Oliva estaba de mal humor

Se había levantado con el pie izquierdo.

-¡Hola Oliva!- dijo Mar-. ¿Quieres jugar a los dinosaurios?

-No-contestó Oliva -. Los dinosaurios son cosa de críos»