Sopa de calabaza

Sopa de calabaza

Helen Cooper. Sopa de calabaza. Barcelona: Editorial Juventud, 2017, 32 pp.

Siempre me ha sorprendido la capacidad narrativa y expresiva del álbum ilustrado. Un formato en el que texto e ilustración conviven y se complementan aumentando su poder de penetración, tanto en los entresijos de la trama como en nosotros lectores. Se abre una puerta a profundizar en los conceptos al tiempo que nuestro entendimiento se vuele más receptivo. Como por arte magia, a menudo, el texto parece llevarnos más allá de lo que literalmente encontramos escrito y las imágenes consiguen evocar más de lo meramente representado. Así, vamos encontrando auténticas joyas, grandes obras materializadas, como en este caso, en preciosos álbumes. Libros que nos cautivan por su belleza, nos emocionan por su ternura y nos asombran por la aparente facilidad con la que pincelan las distintas complejidades de la vida. Así es Sopa de Calabaza

La obra gira en torno a las relaciones personales y abre el relato dibujando lo que podría ser la fotografía de una perfecta amistad. La de tres personajes que conviven felizmente en una linda cabaña. Entre todos preparan la mejor sopa del mundo. Cada uno tiene su tarea en la cocina y su papel en la relación. Todo parece encajar en perfecto equilibrio. Pero al acercar el objetivo al interior de la cabaña podemos apreciar ciertos detalles, ver que el equilibrio nunca es estático. No. El equilibrio es siempre dinámico, donde distintas fuerzas y tensiones se compensan y contrarrestan continuamente. La perfecta amistad, como todas, pende únicamente de las tensiones que se establezcan en ella y de cómo las asimile el conjunto.

Pato querrá remover por un día la sopa, querrá realizar el trabajo de Ardilla. Invertir los papeles, romper con lo establecido. Ante esta situación surgen nuevas tensiones y la calma, la paz, incluso, la amistad parecen estallar, y Pato se va. Se marcha, abandona la cabaña.

 

Con el paso del tiempo y al ver que Pato no vuelve, Gato y Ardilla comienzan a plantearse si fue lo correcto dejar marchar a su amigo. Comienza la incertidumbre ante las consecuencias que tendrán las decisiones y los actos de cada uno, ¿y si Pato no vuelve? ¡Ay, el amor y la amistad, con todos sus benéficos y temores! Así, asustados ante la posibilidad de la pérdida de su amigo saldrán a buscarlo. Se enfrentarán a sus temores, superarán sus miedos, todo por recuperar a su compañero.

La ilustración cálida y tierna varía constantemente en su presentación y en el modo de combinarse con el texto, dotando al cuento de un mayor dinamismo. De este modo, encontramos ilustraciones a una página, a doble página o páginas con múltiples ilustraciones.

Sopa de calabaza es una obra que nos cautiva. Una obra que además del placer estético y artístico, o justamente por eso, quién sabe, sugiere preguntas y más preguntas sobre la vida, las relaciones y la amistad. ¿Hace falta siempre una crisis para que avance una amistad? ¿Se debe mayor fidelidad a los valores y convicciones en los que apoyamos nuestras decisiones que a la amistad en sí misma? ¿Por qué cuesta tanto entender, aceptar y asumir el cambio? Etcétera, etcétera, etcétera.