El castillo ambulante
Diana Wynne Jones: El castillo ambulante. Córdoba (España): Berenice, 2007. Traducc.: David Cruz Acebedo
Publicada por primera vez en 1986 con el tÃtulo de Howl’s moving castle, la editorial Berenice edita en español esta obra de Diana Wynne Jones como El castillo ambulante, conocida también por la versión cinematográfica animada que hiciera de ella el japonés Hayao Miyazaki, nominada al Óscar a la mejor pelÃcula de animación en el año 2006.
El castillo ambulante es un fascinante viaje por un mundo mágico, lleno de fantasÃa, humor, intriga y también amor (o más bien enamoramientos); un universo plagado de conjuros, enigmas, pactos, magia, brujos y brujas, encantamientos y criaturas fantásticas.
Su autora, seguidora de C.S. Lewis y de Tolkien, aborda en ella temas como el destino, la juventud, la superación personal, el valor o el amor, quedando más cerca de El maravilloso mago de Oz (Lyman Frank Baum) que de las obras de alta fantasÃa. Sophie Hatter es la mayor de tres hermanas y vive convencida de que este hecho la condena a la mala suerte y al fracaso. Resignada a su trabajo en la sombrerÃa familiar y a un destino tedioso, un dÃa recibe la «visita» de la Bruja del Páramo quien la hechiza convirtiéndola en una anciana. Creyendo poder encontrar ayuda para deshacer el hechizo en el castillo ambulante, se refugiará aquà sin desvelar su verdadera identidad, descubriendo un mundo mágico en el que puede actuar con inusitada decisión y firmeza. Aquà conocerá al mago Howl, el dueño del castillo, de quien dicen que se alimenta de los corazones de jovencitas.
Descubrir más notas de su argumento serÃa desvelar parte del interesante juego de secretos, apariencias y pactos que Diana Wynne crea y que son la base de una historia en la que pocas cosas son lo que realmente parecen. La autora inglesa construye una trama en la que dosifica inteligentemente la información que va dando a conocer al lector, creando una atmósfera de intriga, misterio y acción que atrapa al lector, sin olvidar las notas de humor y la ironÃa que caracterizan a determinados personajes y que se combinan también, y tan bien, con esos juegos de apariencias. A pesar de que en determinados momentos puede parecernos que los acontecimientos se suceden y que nos cuesta encontrar el sentido de algunas acciones, finalmente la historia se cierra perfectamente y todos los elementos terminan por encajar.
Diana Wynne opta por un estilo directo, descriptivo cuando es necesario, con predominio de los diálogos, lo cual hace que la historia se desarrolle con una adecuada agilidad. Merecen reseñarse algunas intertextualidades a textos de John Donne, Shakespeare, Tolkien o a nombres de personajes provenientes de la leyenda del Rey Arturo.
El castillo ambulante tiene todos los ingredientes para hacer disfrutar a esos lectores que empiezan a demandar nuevas lecturas, nuevos mundos, que desean alejarse de esos libros sobre problemática adolescente e iniciarse o seguir adentrándose en esos mundos de fantasÃa donde todo es posible.