La abuela tejedora
Uri Orlev (autor) Tania Janco (ilustradora): La abuela tejedora. México: Fondo de Cultura Económica, 1997. Especiales A la orilla del viento.
Uri Orlev, renombrado escritor polaco, ganador del Premio Hans Christian Andersen en 1997, nos ofrece un relato donde los sueños y la felicidad se tejen entre todos, y cada uno somos tejedores de nuestra propia vida.
Escrita originariamente en hebreo, y traducida a más de 20 idiomas, La abuela tejedora narra la historia de una anciana que llega a una ciudad desconocida para empezar una nueva vida. Tras buscar un lugar para quedarse, sin éxito, decide pararse a descansar en medio del campo. Sus pies cansados necesitaban reposo, asà que decide tejer unas pantuflas. Esto desencadena una serie de necesidades y la abuela empieza a tejer y tejer hasta construir su propio mundo. Un hogar, una casa con todas las comodidades, ¡tejió incluso un par de nietos para que le hicieran compañÃa! Al dÃa siguiente la abuela lleva a los niños de estambre al colegio, aquà es donde empiezan los problemas, pues no son admitidos en la escuela por ser distintos a los demás:
– ¿Niños de hilo y huecos?
– ¡No en nuestra escuela!.
El esfuerzo de la abuela para que aceptaran a sus nietos no obtiene resultados favorables. Se queja ante el alcalde, sin obtener una respuesta satisfactoria, asà que decide visitar al presidente y sus ministros, con quienes sucedió lo mismo. Según ellos, dos niños de estambre no tienen espacio en este mundo.
Para entonces esa pequeña ciudad era famosa, de todas partes del mundo acudÃa la gente a visitar la extraña casa y el jardÃn que habÃa tejido la abuela, por lo que el alcalde decidió levantar una cerca para resguardar la casa y convertirla en un atractivo turÃstico. Cuando la abuela se percató del asunto, enojada, decidió destejer todo lo tejido, incluso a sus nietos, y abandonar ese lugar para siempre. Pero encontrará otro lugar, donde la exista gente agradable que acepte a sus nietos, y tejerá todo nuevamente.
Una lectura ágil que, acompañada de versos, proporciona cierta melodÃa narrativa. A esto ayuda una especie de fórmula o estribillo que se repite a lo largo del cuento para enfatizar el acto creador de sueños, dotándolo de musicalidad:
Suenan, suenan las agujas
El libro cuenta con unas ilustraciones en blanco y negro, cargadas de infinidad de detalles, que Tania Janco aprovecha para dotar de movimiento, dinamismo y amabilidad a la historia. Un cuento de gran fuerza dramática que nos habla sobre la discriminación, los prejuicios de la gente ante las diferencias y la importancia de la inclusión, pues nadie deberÃa ser separado de una sociedad por sus diferencias, por muy distintos que seamos los unos de los otros.
Por otra parte, la podrÃamos interpretar como un canto a los sueños. No importa los que tengamos, debemos ir en busca de ellos para alcanzarlos sin temer al fracaso. La perseverancia es nuestra aliada para conseguir todo lo que nos propongamos.