Sucedió asÃ. Cuentos
R.Kipling (autor), Justine Brax (ilustración). Sucedió asÃ. Cuentos. Edelvives. 2015.
 Del galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1907, Rudyard Kipling,  nos llegan, de la mano de Edelvives, sus cuentos. Una serie de pequeños relatos en formato álbum ilustrado.
La reconocible portada nos trae recuerdos de un niño abandonado en la selva cuyo mejor y protectora amiga es una pantera negra. No podÃa ser otro que Mowgli, bajo la resplandeciente mirada de la luna junto con unas tonalidades cromáticas que nos recuerdan el lugar donde se sitúa la historia, la India. El tÃtulo nos acerca a ese imaginario fantástico con un brillo particular impreso en sus letras coincidiendo con el reflejo de la luna que dota de misterio  su interior.
Se reúnen aquà una serie de cuentos  donde los animales vuelven a ser los protagonistas de los mismos.
- El hijo del elefante. No se muy bien si es debido a la traducción del texto o por el hecho de basarse en un lenguaje antiguo el caso es que en este cuento utiliza expresiones como «insasciable curioscidad» que me han despistado un poco a la hora de recomendarlo para primeros lectores. El narrador dirige el cuento hacia lo que suponemos una niña y cuenta la historia del porqué los elefantes tienen una trompa tan larga.
- De cómo el dromedario le salió joroba. En este cuento utiliza de manera formidable las palabras jugando con algunas homófonas del tipo basto/vasto y recurriendo a un lenguaje cercano y divertido. Aparecen nuevos personajes propios de los cuentos fantásticos, como es el genio.
- De cómo la ballena consiguió su garganta. Aquà igualmente el texto o su traducción tiene caracterÃsticas especiales. Si pretendÃan algo con ello, pido a quien lo sepa que lo explique porque teniendo en cuenta la edad a la que va destinado no acabo de entender la maraña que crean.
- De cómo al leopardo le salieron manchas. Una divertida puesta en escena de los elementos naturales para conocer cómo camuflarte y poder desarrollar la importancia que algunas de estas manchas tienen en los animales para cazar. Quiero destacar en este cuento la imagen del etÃope, una bella ilustración que deja huella.
- Si. En este caso nos encontramos con un poema. Si queréis oÃr el original pinchad aquÃ. Esta vez transmite un mensaje positivo y valeroso, aunque quizá de difÃcil comprensión para edades tempranas.
- Mowgli. Termina el álbum con lo que todos esperábamos, ese niño criado entre lobos. Nos introduce brevemente su historia dando pie a conocerla al completa de la mano de quien la conozca, amigo o familiar que la lea.
 La idea es muy buena, porque da pie a imaginar, anticipar e inventar nuevas historias. Todo aquello que comience con una pregunta/respuesta  ayuda a formar tu propio imaginario sobre las cosas, y, en definitiva, es el paso previo a la motivación lectora. Es en este punto donde destaco el valor de este álbum. EL lenguaje que utiliza (exceptuando lo comentado anteriormente), por su parte,  va destinado a una audiencia de entre 2 a 6 años, a pesar de su recomendación a partir de 6 años, quizá porque es demasiado extenso, por un lado,  y simple,  con abundancia de repeticiones, por otro,  para ser lectores. Lo considero ideal para leerles antes de acostarse por ese poso que dejará en su imaginación.
Utiliza algunas sentencias que invitan a la acción del que lee el texto. Lo que lo convierte en un excelente recurso para dramatizar, quizá con marionetas o algo similar al ritmo de la historia. Por otra parte, los animales encantan a estas edades y los tÃteres resultan muy divertidos, que es lo que el autor pretende en último término.
Curiosamente, aparecen en todas ellas acciones o actitudes negativas que se normalizan: zurrar a los demás, jorobar u holgazanear, robar a otros… que pasan, en cierta manera, desapercibidas por el resultado de la historia, pero que dejan huella en el lector. Quizá no resulta lo más apropiado para esas edades donde no analizarán esos actos de una manera positiva sino que se quedarán con la idea general de porqué el elefante tiene asà la trompa o el rinoceronte asà la piel. Es difÃcil hacerse una idea de lo que cada uno guardará en su conciencia pero por eso mismo hay que cerciorarse de el significado que posa en los lectores.
Las ilustraciones a cargo de Justine Brax,  complementan a la perfección el contenido. Con un colorido y unas texturas muy originales incluye con acierto diversas sopas de letras al azar en alguna de las imágenes lo que contribuye a introducir el alfabeto de manera soterrada en el aprendizaje lecto-escritor. Podéis pinchar en el enlace del nombre de la ilustradora para ver el contenido del libro.
Es una colección bonita y clásica pero considero que debe leerse con conciencia, al estilo de las fábulas, para sacarle todo el provecho. En cualquier caso es perfecto para fomentar la inventiva y filosofear un rato, cosa que siempre es acertada.