Las estaciones y Los colores
Ana y Andrés Guerrero (autores). Los colores. Las estaciones. Editorial Bruño. 2016
Las primeras oportunidades que tienen los niños de acercarse a la lectura vienen de la mano de pequeños formatos, en cartón, con ilustraciones muy coloridas y vistosas que supongan un atractivo sensorial, una estimulación de apertura al comienzo de una narrativa.
En las primeras edades son habituales cuentos que hablan de rutinas, de experiencias reales donde los colors, las estaciones, los números y las formas geométricas entran dentro de lo que se trabaja en la escuela y contribuyen a llamar la atención de los padres que buscan el cuento com complemento académico o como acercamiento al aprendizaje de cosas concretas, muchas veces incluso del mismo vocabulario.
En este caso la Editorial Bruño apuesta de nuevo por estos pequeños formatos que agradecen los primeros lectores porque facilitan la manipulación y atrapan con estÃmulos cromáticos.
Las primeras lecturas deben ser acompañadas por el adulto que va relatando lo que sucede en el cuento. ese este caso el texto complementa la imagen pero no aporta ideas originales. Probablemente el lector sea capaz de sacarle más jugo a cada una de las imágenes conociendo mÃnimamente la temática.
Las estaciones
Utiliza frases contextualizadas pero inconexas entre sÃ, simplemente tratando de abarcar algunos de los eventos propios de la estación de turno, de manera muy impersonal y corriente, sin seguir un hilo conductor lógico.
Los colores
Tampoco enriquece el vocabulario más allá del color pudiendo aprovecharse para ser más creativos por la temática que introduce, apoyándola con otras paralelas que perfectamente tendrÃan cabida sin llegar a ninguna  complejidad (artÃsticas).
En definitiva, la lÃnea de este tipo de libro sigue la misma tónica que en otras ocasiones pero
¿no serÃa mejor aprovechar y dar alas a la imaginación?
Las ilustraciones podrÃan ser la excusa perfecta para enganchar, son simples, coloridas pero de nuevo, en ocasiones, poco coherentes, por lo menos con lo que se interpreta con el texto. Aunque se debe exigir simplicidad y un mensaje directo esto no debe destruir la narrativa tanto textual como visual, el hecho de tener sentido refuerza la animación a la lectura en cuanto que entra en contacto directo con lo personal.
Un libro mudo a estas edades propicia ese desarrollo tanto del lector adulto como del infantil y teniendo en cuenta este tipo de textos no hacer falta ser escritor para ir más allá.