En familia
Olga de Dios (autora e ilustradora); En familia. España: Silonia, 2016, 36 pp.
En Familia nos ofrece un recorrido por La Casa Encendida de Madrid, un lugar mágico, lleno de ideas para divertirse y para pasarlo bien. Sobre todo si vas con los ojos y la mente bien abiertos. La autora e ilustradora nos va guiando por los pasillos, las salas e incluso la terraza de esta “casa” tan especial donde los protagonistas aprenden una de las mejores lecciones hoy en día: las diferencias son lo que nos hace tan valiosos. Y es que, lo que nos espera entre las páginas no es sólo un recorrido por el edificio, sino un recorrido por la magia de educar a los protagonistas del presente y del futuro.
¿Cuántos tipos de familias hay? ¿Y cuántos estilos de arte? ¿Y maneras de moverse? ¿U opciones para desayunar? Desde la primera página Olga de Dios se encarga de contestarnos: todos los que nos podamos imaginar e incluso los que todavía ni se nos pasan por la cabeza. En la variedad está el gusto y el arte de respetar las diferencias debería llevarse en los genes. En bicicleta, en patinete, caminando, en silla de ruedas o en carrito, cualquier manera es buena para lanzarse a disfrutar de la tarde que nos propone este libro, reflejo premonitorio de un estilo de vida.
De la mano de unas pintorescas familias que nos recuerdan a los personajes del Monstruo Rosa, nos adentramos en un universo de ecología, respeto a la naturaleza, reciclaje y consumo responsable. Pero lo mejor de todo, es que ese espacio de ilusión está a nuestro alcance todos los días en el centro de Madrid, para que podamos hacer el recorrido con nuestra propia familia. Y es que viendo los talleres de creación de circuitos electrónicos, de reciclaje de envases para hacer juguetes e instrumentos musicales o de serigrafía textil, entran ganas de ir de cabeza a la Casa Encendida. Y por si no estábamos todavía convencidos de la visita, el libro incluye un póster escondido en la sobrecubierta, con el mágico edificio lleno de ventanas abiertas a las sorpresas que esperan en el interior. ¿Nos animamos a llenarlo de color?