Yvan Pommaux, Christophe Ylla-Somers (Autores). Nosotros, nuestra historia. Barcelona: Editorial Juventud, 2017, 96 pp.

Ediciones cuidadas, textos depurados, ilustraciones mimadas son algunos de los factores que están llevando la literatura infantil a cotas elevadas. Autores con visión poética y voz propia crean obras inconfundibles. Auténticos poemas literarios y visuales.

Pero no es esta una de esas perlas poéticas, generadas por analogía o mediante metáforas, en torno a los grandes temas de la vida. No es esta una de esas obras que inciden en nuestra emoción esbozando una sonrisa en el rostro o derramando algunas lagrimas por nuestra mejilla. No. En esta ocasión nos encontramos ante toda una epopeya, que excede las dimensiones de toda perla. Unas ilustraciones depuradas, un texto cuidado y una mimada edición al servicio de la historia de la humanidad. Una epopeya que causará nuestro asombro y admiración.

Presentar un héroe colectivo como protagonista de la epopeya no es algo novedoso, ahí tenemos al pueblo lusitano interpretando el papel en Los lusiadas, poema épico del gran Camões. Aun así, no deja de asombrarnos la aparente sencillez con la que los autores dan a la humanidad el protagonismo en toda esta obra. La narración, como la historia, sigue continuamente su curso sin detenerse ante ninguna personalidad ni fijar su rumbo hacia oriente, occidente o el nuevo mundo, en busca de un destino concreto. La narración seguirá siempre su curso, como la humanidad su travesía, por distintos senderos y ritmos diversos.

Personalmente entiendo que presentar la humanidad como protagonista ayuda a superar cierta paradoja. Los periodos históricos contienen una serie de propiedades que los delimitan. Los definen. Los personajes ilustres son aquellos que, por alguna razón, han sobresalido, han destacado de entre los demás. No se ajustan a esas propiedades o cualidades definitorias. Incapaces de reflejar la corriente imperante de la época histórica, en numerosas ocasiones, son adalid del cambio que se aproxima, confrontando la época a la que pertenecen.

Con la humanidad como protagonista del continuo de la historia, el humanismo subyace a lo largo de toda la narración. Narración ligera, de lectura ágil y dinámica. Así, una vez degustada la obra asombra el modo tan sutil de tratar un tema tan extenso y, posiblemente, denso. De este modo, se comprende y aplaude la concesión del Premio Sorcières 2015, otorgado por la Asociación de Libreros y Bibliotecarios de Francia.

En resumen: un texto depurado, ilustraciones mimadas y una cuidada edición, que hacen de este libro, en gran formato, todo un clásico y obra de referencia.