Cómo cazar fantasmas
Stefan Gemmel (autor), Cornelia Haas (ilustradora). Cómo cazar fantasmas. Barcelona: Ediciones Urano, 2017, 36 pp.
La imaginación es un arma poderosa. Muy poderosa. Capaz de transportarnos a bellos mundos, habitados por seres fantásticos, al edén, al jardÃn de las maravillas. Pero, no es unidireccional, ni funciona en un único sentido. Puede llevarnos por otros derroteros, oscuros, lúgubres, podrÃa conducirnos hasta las mismÃsimas puertas del averno. Un arma no solo capaz de transportarnos, capaz de crear mundos. Mundos sujetos o no a las leyes de la fÃsica, mundos libres, donde uno pueda subir hacia abajo, sentarse en las nubes o deslizarse sobre el arco iris. Mundos cuya única limitación está en el poder ser imaginados.
Esta obra puede suponer un manual práctico de cómo utilizar un arma tan poderosa. Porque sÃ. Porque viene bien, viene muy bien. Siempre ayuda ver y analizar cómo otros la emplean. Ver su utilidad, en situaciones que pueden darse en cualquier habitación una vez hecho el silencio y la oscuridad. O acaso, ¿nunca habéis recibido la visita de un inoportuno fantasma cuando el dÃa pliega la persiana?
SÃ, sÃ, a menudo ese fantasma accede al dormitorio cómodamente reclinado en el tren de la imaginación. Ya lo sabemos. Sabemos incluso que ese tren ha sido fletado a partir de un ruido, una sombra, una ligera brisa o cualquier pequeño percance que nos altere y sobresalte la tranquilidad de la noche. La imaginación, con todo su poder, puede descontrolarse y traernos compañÃas no deseadas, como el dichoso fantasma. Pero tranquilos, nada está perdido. Podemos redirigir y controlar nuestra imaginación.
Las páginas de esta obra, muestran cómo un niño transforma el horripilante fantasma en una criatura graciosa y achuchable. Sà achuchable, hasta el punto de poder ser empleada como almohada. Mediante la cantinela de un mágico conjuro, Finn, nuestro pequeño protagonista, irá transformando el terrorÃfico fantasma en un muñeco adorable .
La narración en verso imprime ritmo y alegrÃa. Asà mismo, la rima supone una invitación para declamar en voz alta y el empleo de repeticiones, en el mágico conjuro, invitan a la participación del auditorio:
«…porque de miedo… yo ya nada de nada.»
La ilustración representa la narración y la complementa. Enriquece el verso, añade emociones a la trama. Muestra la preocupación, el temor, la alegrÃa o la satisfacción de los personajes. Del mismo modo, ambienta la historia. La sitúa en los tonos tenues y apagados de la noche donde transcurre. Tonos que se iluminan al hablar del valor de Finn o al mostrarnos los mundos que recrea su imaginación.
En definitiva, nos encontramos ante una obra que es narrada en verso, de manera acertada. Una obra ágil que invita al oyente a participar. Una obra que entretiene y, además, muestra el poder de la imaginación. Depende ahora de nosotros emplearla para hacer del dÃa a dÃa un tiempo más bello, para transformar los fantasmas en adorables muñecos.