Victoria Jamieson (texto e ilustraciones): Preparada, lista… ¡Bienvenida a clase!. Barcelona: Maeva. 2019, 256 pp

Los ritos de iniciación que simbolizan dejar la niñez para formar parte del mundo de los adultos evolucionan con el tiempo. Antes, tenían como objetivo realizar una serie de pruebas para demostrar que la persona en cuestión estaba preparada para afrontar con fortaleza todo lo que conlleva ser responsable y ser autosuficiente.

En nuestra sociedad actual, estos ritos o pruebas se producen en la llamada adolescencia, una etapa donde los conflictos internos sobre la propia identidad y las expectativas de futuro se traducen en actos impulsivos y emociones que van desde la tristeza profunda hasta la euforia infinita.

Momo (Guillermina) es la mejor representación de este complejo mundo de cambios, inseguridades y transición. Nos encontramos ante una adolescente que ayuda a sus padres en la feria medieval donde trabaja toda la familia. Hasta ahora, Momo y su hermanito pequeño han recibido las clases en casa y solamente se relacionan con el resto de trabajadores de la feria y el público asistente a la feria los fines de semana.

Lejos de pensar en la dificultad de los estudios o la empatía con los profesores, a Momo le preocupa no saber encajar en los grupos de amigos ya formados. Muy pronto, descubre que llevar ropa a la moda, celebrar fiestas, leer libros románticos y saber interpretar las miradas de los chicos le puede abrir muchas puertas.  Lo mismo que tolerar el acoso que algunos alumnos de su edad reciben por parte de sus iguales.

La familia de Momo es consciente de que su hija está cambiando y ya no le hace feliz lo que tiene. Incluso llega a avergonzarse de su familia, a pelearse con su hermano pequeño más de la cuenta y a copiar la forma de vestir de sus compañeras de clase. Gracias al apoyo que recibe de los suyos y de los consejos del resto de trabajadores de la feria Momo saldrá adelante, pero antes se verá ante situaciones bastante desagradables.

Miércoles

Creo que mi familia quería castigarme con su silencio, porque a la mañana siguiente mi madre solo me dijo cuatro palabras.

– Hoy no voy al instituto.

– Pues claro que vas.

Lo más importante es que la chica se está formando para ser escudero y valores como lealtad, sentido de la justicia y constancia en sus actos se pueden aplicar a la vida fuera de la feria y lejos de los suyos. Una perspectiva de género que huye de los estereotipos de princesas necesitadas de protección para explorar en la búsqueda de la identidad. 

Una novela gráfica que reproduce a la perfección el temor de muchos niños cuando tienen que empezar la educación secundaria. Con la dificultad añadida de que la protagonista no ha estado escolarizada hasta ahora y sus únicos referentes son los chicos de su edad que acaba de conocer. A través de las coloridas imágenes muy detallistas y simpáticas, conocemos las vivencias de Momo.  Cada capítulo del libro se inicia con una imagen que imita un pergamino y que resume el contenido en unas pocas líneas y con un lenguaje antiguo.

Como dice la sinopsis del libro:

No es fácil ser un caballero valiente y honorable en el complejo mundo de la secundaria.

La valiente Momo siempre se ha sentido a gusto en la feria medieval en la que trabajan sus padres. Pero este año está a punto de embarcarse en una aventura épica, ¡empieza la secundaria! Pronto descubrirá que, en la vida real, los héroes y los villanos no siempre son tan fáciles de identificar como en la feria. ¿Cómo conseguirá hacerse un sitio (y nuevos amigos) en este reino tan extraño y complicado.

Victoria Jamieson es una ilustradora que también escribe y ha publicado en la misma colección de la editorial Maeva Sobre patines, otra novela gráfica sobre la amistad y el empoderamiento con el deporte como hilo conductor.