Colas Gutman (autor) y Marc Boutavant (ilustrador): Perro Apestoso. Barcelona: Blackie Books, 2019, 60 pp.

Blackie Books nos promete una serie de libros sobre algo que tanto le gusta a esta editorial, pues lo lleva en su sello: los perros. Perro Apestoso lo es: un perro apestoso, un can indigente, sucio pero encantadoramente espontáneo y bondadoso. Vive en un cubo de basura con Gatochato, y en esta primera aventura se lanza a buscar, quién sabe por qué, un amo. En el camino topará con una banda de malhechores, muy malísimos hacia los animales, y con una niña de jersey rojo de la que uno no sabe si fiarse…

El argumento es un poco disparatado, pero la gracia está en que lo que sucede se cuenta a través de la mirada ignorante y naïf de Apestoso, lo cual lleva a continuos equívocos. Gutman busca como rasgos de su estilo las comparaciones y exageraciones desconcertantes («se siente como si tuviera una bolsa de pipas atravesada en la garganta», «tan emocionado que hasta las pulgas de su pelo dan brincos», «cae dormido como un angelito peludo», «como un imán atraído por una nevera»…), que funcionan, y también los juegos de palabras («la tortuga sin caparazón (pero con mucha razón)», «y yo, seguro [que acabo] de Pato WC —dice el pato mareado», etc.), que no funcionan tanto.

El libro está profusamente ilustrado por Boutavant. Ha hecho un trabajo original con la creación del personaje, que tiene una personalidad única en sus representaciones, como se puede ver en la portada. La combinación de imágenes y texto es, no obstante, convencional, y la presencia de una ilustración cada dos o tres páginas sirve para ambientar y tal vez añadir detalles a la historia.

Habrá Perro Apestoso para rato. Los tíulos de la serie nos anticipan ya mucho de lo que vendrá en próximas entregas: Perro Apestoso «va al cole», «en la playa», «se enamora», «en la granja», y así. Ya adelantamos algo del siguiente: en el colegio no le va a ir muy bien, aunque despertará nuestra ternura con su manera optimista de afrontar las desgracias.

Ahí les dejamos con estas historias cortas sobre este perrillo tontaina que a nosotros nos han recordado (¿tal vez por el estilo literario?, ¿por los argumentos embrollados y algo disparatados?) a los libros que en su momento leímos de Nalvay. Parece ser que en Francia estos relatos están teniendo bastante éxito, y puede (¿cielo de la literatura o purgatorio?) que hasta pasen a la pequeña pantalla.

¿Queréis ver el avance?