Zapatillas de Ballet

Zapatillas de Ballet

Noel Streatfield (texto), Julia Viejo (traducción): Zapatillas de Ballet. Barcelona: Blackie Books, 2024, 240 páginas.

Zapatillas de Ballet de Noel Streatfield

Pensaba encontrarme un libro sobre danza y encontré mucho más que eso.  
 
Zapatillas de Ballet nos envuelve en una cálida lectura a través de los primeros años de vida de tres niñas huérfanas que experimentarán que el verdadero sentimiento de familia va más allá de los lazos de sangre que uno pueda tener. Una historia escrita por Noel Streatfield en 1936 y recuperada ahora por Blackie Books en una preciosa y muy cuidada edición que merece la pena tener en nuestras librerías.
 
Petrova, Pauline y Posy nacieron en familias diferentes, en lugares diferentes y en circunstancias diferentes pero con una herida común: las tres perdieron a sus padres cuando eran bebés. Es a raíz de esos trágicos sucesos cuando la vida, ahora en su cara más generosa, las encaminó hasta la figura de Tam (acrónimo de Tío Abuelo Matthew), el excéntrico arqueólogo que decidió adoptarlas. Tam, que se dedica a recorrer el mundo en busca de reliquias arqueológicas, las deja al cuidado de Sylvia (su sobrina) y Nana (la institutriz), entregándolas el regalo que las convertiría en familia: el apellido Fossil.
 
Antes de hablar de las tres protagonistas, me gustaría destacar un aspecto de este personaje secundario, pues resulta curioso que con un gasto de tinta tan escaso genere un impacto de esas características en la historia y en la vida de las hermanas Fossil. Y es que todas las complejas decisiones que el resto de personajes tomen a lo largo de los años, lo harán teniendo en el pensamiento a Gum.
 
Pero volviendo a las niñas, hay que reconocer que las hermanas Fossil son realmente la historia del libro y su principal motivo de éxito. Son ellas las que te cogen de la mano y te hacen engancharte a su vida, sintiendo lo que ellas sienten, empapándote de sus emociones. Están construídas con un cariño entrañable y sincero,no solo desde sus virtudes sino también desde sus defectos, lo que las hace agradecidamente tangibles y reales. En un mundo literario que, en ocasiones, peca de crear súper niños y súper niñas, poder leer a personajes como las hermanas Fossil nos devuelve a lo terrenal y genera una bonita y necesaria empatía, doblemente importante en la literatura infantil y juvenil, lo que me ha transportado a las obras de otros grandes escritores y escritoras como Roald Dahl o Louisa May Alcott.
 
La historia en sí se deja transcurrir entre los primeros años de las hermanas y, aunque fácilmente asimilable para lectores preadolescentes, en algunos momentos los hechos ocurren de manera algo precipitada, aspecto que se vuelve más significativo en la parte final. No desmerece en absoluto su lectura pero el lector, incluso el de menor edad, puede echar en falta algo más de juego en determinadas partes.
 
En mi opinión, el libro es una ventana abierta hacia multitud de aprendizajes y tiene una capacidad asombrosa para emocionar mientras acompañas a las hermanas en su ímpetu por llevar el apellido Fossil a lo más alto. De hecho, este objetivo se viste de promesa a través de un juramento:
 

Nosotras, las tres hermanas Fossil, juramos intentar por todos los medios que nuestro apellido aparezca algún día en los libros de historia, porque es nuestro y porque nadie podrá decir que es por mérito de nuestros ancestros.

La oportunidad se les presenta cuando Sylvia las introduce en una academia de danza. Y es aquí donde he encontrado otro de los motivos que han llevado a Zapatillas de Ballet a ser uno de los más importantes clásicos de la literatura juvenil británica. Descubrir la sociedad inglesa de principios del siglo XX a través de los ojos y los sueños de las hermanas Fossil es un regalo literario perfectamente elaborado. La diferente forma que tienen cada una de ellas de encarar la presión que impregna el mundo del espectáculo infantil (además dentro de espectáculos de teatro para adultos), coincidiendo con esa primera fase de explosión cinematográfica que se vivió en ese periodo concreto es para disfrutarlo leyendo y aprendiendo.
 
Otra de las cuestiones que merece la pena resaltar, quizá la más personal y subjetiva de las mencionadas, es el hecho de ser un libro escrito con amor hacia los libros. No lo puedo remediar: me encantan los libros que hablan sobre libros. Y, en este caso, la literatura está muy presente a través de los ojos de la protagonista y de sus educadoras, que se preocupan por transmitirles el amor por la novela, la poesía y el teatro. Porque sí, a los niños podemos enfrentarles con acompañamiento a disfrutar de los clásicos de la literatura y el arte (hoy muchas veces olvidados en entornos educativos) si conseguimos apasionarnos con ellos y tenemos la capacidad de transmitir esa pasión.
 
Así que es cierto, esperaba un libro de danza y encontré mucho más que eso. Porque la danza es un aspecto importante del libro que seguramente hará las delicias de los más aficionados a esta disciplina artística pero, Zapatillas de Ballet es una historia que, por encima de todo, nos habla sobre el poder de la familia, sobre la fraternidad construída desde el amor y la humildad y sobre la importancia del hogar. Porque este libro es exactamente esto. Es un momento compartido con tu gente en torno a una chimenea en pleno invierno. Zapatillas de Ballet es hogar.