Mi árbol de los secretos

Mi árbol de los secretos

Olivier Ka (autor) y Martine Perrin (ilustradora): Mi árbol de los secretos. Kókinos. 2014, 56 pp.

Hoy me gustaría reseñar una maravilla que lleva varios años esperando pacientemente en mi estantería. Es una obra de 2014, pero hay esperanza de encontrarla disponible en librerías, según indica Todostuslibros, página de referencia para quien quiera seguir comprando en esos pequeños y medianos comercios atendidos por profesionales especializados en literatura.

Volviendo a la obra que nos ocupa hoy, se trata de un libro difícil de clasificar. Podría definirlo como libro-objeto, con trazas de pop-up, acompañado con un aderezo de texturas y transparencias y un leve toque de troquelado poético. Sería algo así como un plato literario muy redondo que ha logrado combinar varios sabores entre sus páginas.

En lo más profundo

de mi jardín,

hay un árbol.

Y en ese árbol,

están todos mis secretos. 

Así inicia Mi árbol de los secreto donde una voz cargada de susurros nos habla de sus secretos (¡pero sin desvelarlos!), de cómo le rondan la cabeza y cómo los guarda, y de sus formas y tamaños. La voz también enrojece, pensando en alguna de las confidencias compartidas y, unas páginas más adelante, nos habla del miedo que tiene de que todas sus confidencias puedan salir volando del árbol que las custodia, como las hojas salen disparadas frente a una ráfaga de viento.

Se trata de una obra poética que va avanzando tranquilamente por las páginas, con pocas y breves frases en cada hoja, dando tiempo al lector de paladear las sencillas reflexiones y de sentirse identificado. ¿Quién no tiene secretos y teme porque sean desvelados? ¿Y quién no tiene ese lugar seguro en el que volcar y custodiar sus más profundas intimidades? Habrá quien tenga un muy buen amigo, quien escriba en un diario o quien hable con su muñeco favorito, pero todos necesitamos vaciarnos alguna vez y confiar en que nuestros secretos estarán seguros allá donde los hayamos querido depositar.

La materialidad de esta obra acompaña muy bien todo el diálogo. Las páginas intercalan diferentes gramajes y materiales: papel cebolla que juega con las transparencias y los montajes entre unas y otras; troquelados que dejan intuir lo que al mismo tiempo esconden; hojas desplegables que imitan un sobre al abrirse; o incluso un árbol en pop-up cuyas hojas son los varios secretos que cuelgan de finos hilos. La obra entera está planteada en tonos azules y verdes, que evocan una naturaleza limpia y fresca, que conviven con un blanco que no solo es fondo sino en ocasiones también forma y hasta frase.

Una obra linda, que aporta un buen rato de lectura y toqueteo, mientras nuestra mente vuela pensando en esos secretos que hemos escondido o en aquellos que hemos confesado. ¿Estarán a buen recaudo? Esperemos que sí, cada uno en el árbol que hayamos elegido para guardarlos.

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