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Cosita Linda

Anthony Browne (texto e ilustraciones), Sandra y Óscar Serna Gómez (traducción): Cosita Linda. Colección Libros para Soñar. Pontevedra: Kalandraka. 2024, 32 páginas

Anthony Browne Cosita Linda

Había ua vez un gorila muy especial a quien le enseñaron la lengua de signos. Cuando quería algo, se lo pedía a sus cuidadores haciendo señas con las manos. Parecía que tenía todo lo que necesitaba…

Las personas y los animales nacemos para vivir en sociedad, para compartir camino de vida. A unos les cuesta más tiempo que a otros descubrir este secreto. Del UNO al DOS, del SOLO al JUNTOS hay un cambio exponencial en la experiencia de vida.

Cosita Linda es el logro de ese descubrimiento. En este breve episodio de la vida de Gorila se narra el cambio desde el protagonismo individual hacia el protagonismo colectivo. Lo importante no es que sus cuidadores le hayan enseñado Lengua de Signos, o que él haya sido capaz de utilizar este lenguaje para comunicarse. El hito es el encuentro entre Gorila y Gato, son los momentos compartidos entre dos especies tan lejanas a primera vista.

Un gorila es un titán de músculos y poder, un ser que, al moverse, parece desplazar el aire mismo, una presencia que se siente en cada paso. Su fuerza es su esencia, la forma en que dialoga con su entorno. Un gato, en cambio, es el maestro de la sutileza y la precisión, un ser que camina entre sombras y silencios, sus movimientos calculados para que apenas lo notemos. Ambos parecen susurrar una misma verdad esencial: la vida es instinto, fuerza y quietud; una mezcla de poder y sigilo, que, aunque expresada de modos opuestos, encuentra resonancia en la armonía del mundo natural.

Entre ellos surge un amor incondicional. Un vínculo que se enraíza en lo profundo del corazón, que va más allá de compartir camino. Una conexión que se visibiliza en el reconocimiento de un hecho para lograr salvar al compañero de vida. Ambos muestran una relación más de hermanoso de pareja que de compañeros de celda. Porque, aunque la obra trata de transmitir emociones positivas y amistosas, sigue siendo mostrando la vida de dos animales desde el interior de una celda observada por los científicos.

El estilo de Anthony Browne es único por su capacidad de mezclar el realismo con el surrealismo, creando imágenes visualmente cautivadoras y llenas de simbolismo. En sus ilustraciones, usa personajes antropomorfizados, especialmente gorilas y monos, para explorar temas complejos como la soledad, el miedo y el sentido de pertenencia. En cuanto al texto, utiliza un lenguaje sencillo y directo, adecuado para niños, pero lleno de matices que permiten lecturas más profundas. Su estilo de narrativa visual y textual crea una atmósfera envolvente, donde el lector puede reflexionar sobre temas emocionales y psicológicos, lo que hace que sus obras sean tan significativas para todas las edades.