Las 4 estaciones desde el gran ÁRBOL
Editorial Bruño. Colección Cubilete. 2015
. Las 4 estaciones desde el gran ÁRBOL.Ya adelantamos que entre las novedades de Bruño de esta temporada aparecían varios álbumes ilustrados que ponían el foco en el conocimiento del entorno de los más pequeños. Este es otro de ellos.
De nuevo con una impecable presentación, Britta Teckentrup, a quien ya conocemos por «El árbol de los recuerdos«, centra su ilustración en la naturaleza y su devenir.
La primera atracción que sentimos hacia el libro viene de la mano del troquel. Ese disparador de la curiosidad nos adentra en el mundo mágico del buho, como guardian o vigilante de todo lo que sucede con cada cambio de estación. Su halo de «sabio» queda perfectamente delimitado como observador del mundo. Algo que deberemos tener en cuenta si utilizamos el álbum en el aula, por sus implicaciones en pro del aprendizaje, de las ganas de aprender y de lo importante que es prestar atención a los cambios como vía para un proceso más abstracto y analítico del conocimiento.
No nos queda más remedio que abrirlo, y descubrir el interior. Con una breves apariciones textuales nos adentran en ese mundo natural. Aparece la nieve, se derrite y aparecen los animales y…..¡SORPRESA! Los troqueles van aumentando y creciendo con cada cambio. Los más pequeños se divertirán metiendo sus dedillos entre ellos. La robustez y calidad del formato lo permite y la experiencia sensorial se entremezcla con un sabor muy dulce de descubrimiento.
Ese árbol, que en principio estaba custodiado por el búho va aumentando su fauna y su flora en una melodía de alegría, juego y nacimiento de nuevos invitados. Las estaciones se suceden hasta que todo vuelve a su origen con la vuelta a la estación hibernal. Tanto que el buho también desaparece…hasta que el ciclo vuelve a comenzar.
El encanto de cada página, el colorido, las pequeñas pautas que el texto revela nos hacen recomendar este álbum para los más pequeños en su fase de descubrimiento y de fomento de esa curiosidad que no hay que perder nunca, de observación con calma y detenimiento de cada cambio.
Ahora imaginad una biblioteca llena de libros como este, con una calidad cuidada al mínimo detalle, donde los niños pueden a su antojo aprender de los libros, disfrutar con ellos y conocer el mundo de manera visual, directa.