Marla Frazee. El granjero y el payaso. Algar. 2014

Este es uno de esos álbumes que te llama la atención desde su portada. Quizá la calidez del terreno que aparece y el contraste entre el anciano y el divertido payasete te despierta la curiosidad por lo que contiene su interior. Sólo un breve texto en la solapa nos indica el tema. Así es como empieza:

Casa…

 Inmediatamente te sumerge en ese aroma, en ese instinto, en esa sensación inexplicable de cuando te encuentras en casa. Seguramente comiences a experimentar toda una explosión de recuerdos, imágenes, olores, confort,… Lo necesitas para lo que vendrá después. Aprovecha esa pequeña indicación para sentir esta historia que comienza en el amanecer. De hecho, es la única indicación escrita que encontrarás en el álbum. Todo lo demás viene contado por las ilustraciones, aunque no dejan lugar a dudas.

Un anciano granjero trabaja de sol a sol en sus tierras hasta que un día ve como algo cae de un tren. Lo que sucede a continuación se convierte en una entrañable puesta en escena de amistad y cariño para enfrentar la soledad. Pero lo curioso de todo es que esa soledad es superada por alguien que está sólo en su casa. La diferencia radica simplemente en un espacio físico. Ni siquiera, porque no todas las casas son espacios físicos estáticos, algunas tienen movimiento como la de la historia.

Las ilustraciones se disponen de diferentes maneras. Algunas vienen a página completa mientras que otras  están repartidas en viñetas o dan dinamicidad al relato. Estas últimas son geniales en toda su extensión. Son las que dan más juego a la imaginación, las que te cautivan desde el primer momento y las que provocan esa adoración hacia los personajes. Son las que transmiten el mensaje que busca la autora, sentirse como en casa. Para ello un vejete pasa a convertirse en el más payaso de todos, comparten momentos graciosos con otros más rutinarios pero muy familiares, todo para que payasete se encuentre como en casa.

Finalmente llega el momento tan esperado, que no desvelaré, pero que sitúa al abuelete en otro reto, más divertido si cabe.

Repito, hay algunas historias que tienen un encanto especial, no sabes porqué pero sientes atracción hacia ellas desde el primer vistazo. Es un amor a primera vista.

Esta es una de ellas.