Me falta tiempo
Gloria Cámara (autora e ilustradora); Me falta tiempo. España: Editorial Cosquillas, 2016, 36 pp.
Llegamos siempre tarde a todas partes, incluso cuando no vamos a ninguna parte. Corre, que no llegamos. Date prisa, que es tarde. ¡Venga! ¡Vamos! ¿Cuántas veces al día decimos esas palabras u otras primas hermanas suyas? Vivimos colgados del tiempo, pendientes del reloj que llevamos en la muñeca o del reloj del móvil (¿Dónde quedaron los románticos años del reloj de bolsillo?).
Los protagonistas de este álbum no son ni más ni menos que el señor Tiempo y su hija Hora. Evidentemente, no se dan a la vida contemplativa, sino que se pasan toda la historia corriendo de una página a otra porque llegan tarde (en casa del herrero, cuchillo de palo). El padre no está preocupado por ello, está acostumbrado al ritmo frenético, lo lleva en la sangre. Sin embargo, su hija no parece disfrutar tanto. Va enfermando entre carrera y carrera, incapaz de respirar entre tanto agobio. Le pide a su padre que espere una y otra vez, hasta que se apaga. Y con ella, se apagan las luces y por fin el señor Tiempo para.
Por el mensaje de la primera página, “Dedicado a todos los duendes que han colaborado con sus dibujos”, y por la variedad de estilos en alguna de las páginas, entendemos que la ilustración de este álbum ha tenido componente colaborativa. Desconocemos la edad de esos duendes ilustradores, pero seguro que más de un niño está encantado de ver sus obras de arte plasmadas en las páginas de un libro.
Me falta tiempo es otro de los siete títulos publicados por Editorial Cosquillas, obra de Gloria Cámara. Al igual que Uno para dos, también está ambientado en el País de la Plastilina, un mundo de duendes y fantasía.