Jonathan Meres (autoría), Donaugh O’Malley (ilustración), Silvia Herreros de tejada (traducción). El mundo de Norm. Atención: no apto para serios. Madrid. Editorial Bruño. 2013

Divertida entrada en un mundo preadolescente donde la inseguridad reina en la vida de un chico, normal, con problemas normales y con un toque de humor muy apropiado para que cualquiera  que lo lea se ría de sí mismo.

He pasado un rato muy divertido leyendo y rememorando aquellos tiempos en que lo fundamental era tener dinero y querer crecer para conseguir otras cosas. Donde la mayor preocupación de tu vida era no ser «humillado» en el colegio, por vete tú a saber que cosa. La importancia social de este momento de la vida, la adolescencia, queda aquí magníficada y puesta en evidencia de una manera irónica y jocosa.

Este libro es la continuación de El mundo de Norm: atención puede contener risas. Sigue la misma idea que otros tantos como El diario de Greg, y narra las experiencias vitales de un chico y el mundo que le rodea. Desde ser el hermano mayor incomprendido, por la etapa que atraviesa, que además han tenido que mudarse de barrio por las circunstancias laborales de su padre (con todo lo que ello conlleva, cambio de amigos, de casa, de colegio) y donde sus hermanos cargantes (como suele interpretarse a esta edad el hecho de tener hermanos pequeños) no dejan de molestarle. En realidad, todo le molesta, gruñe a todas horas y no se siente a gusto. Una etapa hormonal más de descubrimiento y crecimiento de lo que será su nueva vida, acercándose al prototipo de adulto.

Pero como en todo pre-adolescente/adolescente se sigue siendo un poco niño y haciendo algunas travesuras en las que no reconoces la amplitud y la responsabilidad que pueden llegar a alcanzar. Se trata de cosas de niños y ahí es donde vemos ese medio tinte entre niño y adolescente, ese despertar de actos que te tienen mareado y que no te dejan disfrutar de la vida, más bien odiarlo todo, gruñir a todos y sentirte diferente, de otro planeta, aún en tu propia casa.

Refleja perfectamente ese paso a la madurez, ese sentir de nuestros niños camino de hombres, principalmente del sector masculino, y creo que es interesante que ellos mismo lean estas peripecias de Norm para quizá descubrir, que no todo es tan horroroso, que su vida es como la de todos, que a todos les ocurren las mismas cosas y que, bueno, se rían un rato viendo sus mismas circunstancias y sentimientos. Que sepan que no se encuentran solos y que les entendemos.

Las ilustraciones siguen la mecánica del cómic, simplemente para comunicar situaciones de humor, de movimiento y describir a la perfección el sentir del muchacho. Es un libro muy ameno, a pesar de sus 235 páginas, que incluye distintos cambios de fuente tipográfica para resaltar la sátira, las dobles preguntas o preguntas indirectas o poner énfasis en situaciones con doble sentido.

Realmente recomiendo su lectura tanto a adolescentes que no encuentren su lugar en el mundo, como a sus padres, para que recuerden en clave de identificación con el protagonista, como se sienten sus hijos y comprender sus comportamientos.

Porque el mundo no gira entorno a NORM, pero, quizá, él, no lo sabe. Simplemente es una etapa de su vida.

Una muestra aquí.