Kintsugi, de Issa Watanabe: un viaje desde la pérdida hasta el brillo dorado de la cicatriz.
En esta obra construyen unas máscaras y se descubren en el miedo y en el consuelo, en el saber estar cuando el otro lo necesita
¿Y si fuera otra cosa? de Bruno Zocca es un pequeño álbum para jugar con lo que somos.
Luna es una obra para sumergirse y dejarse sentir libre. Para romper con las ataduras de la rutina diaria y sentir la esencia de la infancia: el juego.
A veces, los cambios son difíciles de asimilar, especialmente cuando llega alguien nuevo a nuestras vidas y parece querer ocupar nuestro lugar.
Villafañe creó un libro para jugar con los niños, para imaginar un mundo en el que vivir una gran aventura rodeado de animales.
La historia creada por Emma Robert invita a la reflexión sobre la autoridad y la igualdad en la sociedad, que se introduce con sutileza en la mente de los jóvenes lectores, abriendo las puertas a un mundo más justo.
Serafino es un dinosaurio muy muy grande y aun así es muy muy miedoso, se asusta con una simple cucaracha y grita como un niño (que, por otro lado, es lo que es). Todo el mundo lo sabe y le llaman Serafino, el dino cobarde.
Boni Ofogo nos acerca este cuento tradicional africano para recordarnos que, ante un problema, lo mejor es parar para poder verlo con más tranquilidad y, si uno no es capaz de abarcarlo, siempre puede contar con la tribu
Jose Gargaras y Alba Álvarez han creado un libro para navegar con un faro por los miedos de la noche y llegar hasta la luz (Babidi-bú)