Toca, toca
Justine Smith (autora), Fiona Land (ilustradora): Toca, toca. Barcelona: Combel, 2006 y ss.
Palpa, araña, roza, escucha, busca, di, golpea, mírate. Pasa la página, toca otra vez. Desde los seis meses (o incluso antes, según muchas experiencias), los bebés se divierten con esta serie de libros Toca, toca.
Puede parecer que sí, pero no es fácil lograr un librojuego que encandile a los más pequeños. Ya sea por la no-idoneidad de los colores o la combinación de texturas, ya sea por un texto muy flojo, ya sea por una traducción desposeída de gracia y de ritmo, el caso es que gran parte de los librojuegos del mercado son perfectamente prescindibles.
La propia serie Toca, toca nos servirá para ilustrar esta diferencia de calidad. Los cuatro primeros libros son muy interesantes. Libro poema tiene el mayor mérito en el atrevimiento… ¡un poema dirigido a bebés! Se agradece la valentía para salirse de los cauces de lo previsible. En Libro juego encontramos los ingredientes básicos de texturas, espejos y solapas, muy bien combinados en uno de los grandes méritos de la colección: la disposición de la doble página dividida en escenas, diferenciadas según los colores de fondo. El uso que se hace de los agujeros es inteligente, puesto que permite establecer relaciones entre las escenas de una página y las de la siguiente.
Los textos de Libro sonoro son los mejores de la serie (adap. Carmen Gil), buscando el juego fonético y acentual, como en “Chiqui, chucuchá, ¡adelante!, mueve tus aspas gigantes. Toca el helicóptero brillante. / Con ser como su mamá sueña la jirafita pequeña”; y estableciendo un leit-motif, el de la canción, página tras página: “El pulpo canta al nadar. […] Mamá canta una canción. […] Canta la ballena su alegre canción. […] Canta el bebé una sonora canción”. Una gozada para leer a los niños. La melodía alegre que sonaba al apretar un botón en las primeras ediciones tenía la virtud de no ser conocida; lamentablemente en ejemplares recientes he comprobado que se ha sustituido por una grabación muy breve de una cancioncilla más famosa y manida… Una pena, porque destruye gran parte del encanto del libro.
Libro de animales sigue la línea de Libro juego, añadiendo unos troquelados interesantes en el borde de la página y explotando el recurso de la búsqueda de la mamá o las crías de los animales que aparecen.
Pero toda fórmula de éxito se agota. Los títulos posteriores (El arco iris, ¡Cuac! ¡Cuac!, Juega con las formas, etc.) no añaden gran cosa a los recursos de manipulación que conocíamos, salvo la aplicación a nuevos temas, por otra parte más limitados, menos universales. Y menos interesante aún es la otra “rama” de la serie Toca, toca, de Ruth Redford con ilustraciones de María Maddocks (Mis primeras palabras, En el parvulario, Mis primeros números, ¡A dormir!): completamente típicos y similares a los demás librojuegos de tema cotidiano y didáctico, con apenas un resquicio para la fantasía.
En definitiva, los primeros Toca, toca constituyen un conjunto de libros realizado con mimo, atrevimiento y experiencia en los gustos exploratorios de los bebés. Con sus grandes dimensiones (51 x 26 cm abiertos) logran que el bebé pueda sumergir la vista en el conjunto de la doble página y dirigir sus ojos de una escena a otra sin salirse. Los materiales son atractivos y (¡importante!) resistentes. Así, nos recuerdan que la calidad es clave en los libros para bebés, dado que los niños son el público más exigente y también el más necesitado.