Coco y la Luna

Coco y la Luna

Emilio Urberuaga (autor e ilustrador): Coco y la Luna. Madrid: Kókinos, 2012

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¿Puede robarse la Luna? ¿Qué pasaría si alguien la robara? Coco estaba aburrido de hacer todas las noches lo mismo. Ya no le divertía pasearse en el columpio, pero la Luna le tenía tan embelesado que decidió robarla y disfrutar de ella él solo. Cuando consigue su propósito muchas cosas empiezan a cambiar…

Emilio Urberuaga (premio Nacional de Ilustración 2011), quien ya pusiera cara al personaje de Manolito Gafotas de Elvira Lindo, combina en esta obra su faceta de ilustrador y de autor creando una historia sobre el egoísmo infantil en la que retrata muy acertadamente la psicología de los niños. Coco, el personaje protagonista, el mismo que encontramos en las páginas de ¿Qué hace un cocodrilo por la noche? (Kathrin Kiss, Emilio Urberuaga; Kókinos, 2008), es un cocodrilo personificado en el que se reconocen cualidades de los niños de primera infancia. Éste descubre algo que le puede satisfacer y se adueña de él sin pensar en las consecuencias. Incluso cuando ve que su acción afecta a otros es incapaz de rectificar. Sólo cuando su proceder comienza a tener consecuencias negativas sobre sí mismo reacciona, tomando conciencia entonces de lo inapropiado de su acción. No se trata pues de un libro sobre el valor de la generosidad, ya que el autor se centra en plasmar características y actitudes propias del comportamiento infantil y no realiza aportes capaces de crear un relato en el que se vivencien valores y se trascienda el mero retrato. En este libro por tanto no podemos buscar una historia sobre valores, pero sí encontraremos un relato divertido en el que los niños pueden identificar comportamientos inadecuados a través del reconocimiento de conductas ajenas.

Además de la relación que establece el autor con el pensamiento infantil a través de la caracterización del personaje, Coco y la Luna conecta fácilmente con los más pequeños gracias a unos dibujos sencillos, de gruesos contornos, a unas ilustraciones llenas de contrastes y a un texto directo, sin retórica innecesaria pero con algunos recursos literarios encaminados más que a embellecer el discurso, hecho que consigue, a la comprensión de los más pequeños.

Se presenta pues una ocasión para conocer el trabajo de Urberuaga más allá de la habitual asociación con Manolito Gafotas, su personaje más conocido, un libro que plasma la etapa de egoísmo infantil con naturalidad y humor.