Tracey Corderoy (autoría), Tim Warnes (Ilustración). ¡NO!. Madrid. Editorial Bruño. Colección Cubilete. 2013.

Un llamativo ¡NO! nos despierta sobresaltados para prestar atención a tan elocuente historia. Se trata de Rino un simpático «animalillo» que descubre el poder de las palabras a través de está directa negación. Al principio, Rino es amable y encantador, el niño mimado de todos, pero cuando empieza a descubrir que tiene poder de decisión…, deja de tener gracia.

El libro, con grandes ilustraciones y escasa letra, mucha negación, eso sí, nos muestra el período madurativo de un niño en las primeras etapas escolares. Las habituales rabietas, convertidas en un ¡NO! le llevan a comprender la soledad. Qué tan seria palabra, y qué dura, para un niño tan pequeño.

La personificación de los protagonistas ayudan al lector a identificarse con su más tierna emoción, la amistad que pueden sentir hacia animales reales y , al mismo tiempo, le da ese toque de fábula donde a través de animales se aprende una gran lección.

En clave de humor las ilustraciones siguen una rutina infantil. El período durante el cual Rino tiene que comer, que ir a la escuela, que compartir juguetes, que obedecer, que respetar a los mayores, etc. Hasta que la fatídica palabrita le lleva al más absoluto fracaso, tanto, que hasta queda calado. Parece que la lluvia le abre los ojos, y, entonces, y, después de una sonora llantina propia de estas edades, descubre que el sí le va a traer más alegrías.

Aunque me gusta la propuesta de este libro enfocada a una edad de rabieta, entorno a los tres años, que quizá no acaba de entender la moraleja, me deja un poco desalentada cómo, según vamos madurando, se va complicando el ¡NO! y nos habituamos a decir ¡Sí!. Quizá un poco más de interacción por parte de los padres de Rino hubiera venido mejor en el aprendizaje, no vaya a ser que se le olvide decir ¡NO! por el mal recuerdo que ha tenido.