Cuentos mágicos

Jean-Philippe Gauthier (ilustrador): Cuentos mágicos. Madrid: Todolibro, [2014].

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Una caja metálica de 121 x 97 x 56 mm. La llave de una caja de música en la parte inferior, a cuya orden suena una melodía clásica. 45 tarjetas dentro. Por una cara, una ilustración en cada una de ellas. Por el otro, un título y 26 líneas de texto. El resto del «libro»está en la capacidad imaginativa de quien lo narre. Así es cada ejemplar de la colección «Mi cajita de música» de la editorial Todolibro: Cuentos mágicos, Cuentos de siempre, Cuentos de animales, Cuentos de caballeros y dragones.

No son cuentos para leer a los niños. Es obvio deducir que en 26 líneas de una tarjeta de 115 x 90 mm no cabe un buen cuento, a menos que se trate de un microrrelato. Lo que hay en cada tarjeta es un resumen, pero un resumen muy bien hecho, tan bien hecho que nos preguntamos por qué no aparece el nombre del autor (ni el del traductor) por ningún lado. Ojalá alguien nos responda.

Estas cajas son un material ideal para narradores de cuentos (padres, madres, maestras y maestros, animadores a la lectura, bibliotecarios, abuelos, tíos y hermanos mayores). Cada una es un arsenal de historias, en su puro esqueleto, listas para añadirles nuestras propias palabras, nuestras imágenes sensoriales y mentales, nuestras peripecias y nuestros detalles. Instrucciones que sugerimos desde aquí:

1. Léase una tarjeta.

2. Si gusta el argumento del cuento, piénsese en cómo desarrollarlo. Imagínese cada suceso de la acción y cada personaje, hasta el más mínimo detalle (escenarios, voces, etc.).

3. Añada, sustituya, mejore.

4. Intente contarlo así en voz alta varias veces.

5. Cuando esté seguro, busque a una niña o niño. (Son unos seres bajitos que andan por ahí correteando, la mar de divertidos.) Cuénteselo y disfrute.

Si desea más información sobre estos aspectos, consulte aquí.

Esta cajita de Cuentos mágicos, además, permite realizar juegos de creación literaria con los niños, inventando historias a partir de sus ilustraciones. Éstas no son las mejores del mundo, pero resultan muy adecuadas. Personalmente, hubiera deseado algo más de simbolismo, al estilo de las tarjetas de Marie Cardouat para el juego Dixit; pero es sólo un deseo.

La portada, de hecho, engaña un poco: no son historias «de niñas», en el sentido de que no están marcadas genéricamente. Encontramos todo tipo de cuentos de las tradiciones europeas: muchos relatos de los hermanos Grimm (Rumpelstilzchen o Tomás Pulgar, Piel de Oso, Yorinda y Yoringuel, Madre Nieve, La bella durmiente…), otros de la mitología clásica (Pegaso y la Quimera, la leyenda del Minotauro…), otros de la tradición germana (como el hermoso acerca de Lorelei), y otros de tradición francesa, de donde es originaria la idea del libro (publicado en 2009 por Tana Éditions).

En definitiva, una magnífica herramienta literaria, útil para quien desee un amplio catálogo de historias de donde seleccionar con el fin de buscarlas íntegras y leerlas, o de contarlas. Eso sí, no apto para padres perezosos ni para maestros con desidia.