Lina Callejón: Ien Seu. Almería: Círculo Rojo, 2014

Tras una enigmática portada y un no menos enigmático título, nos aguarda el debut en la narrativa juvenil de Lina Callejón, una profesora de Secundaria con enormes inquietudes, no sólo creativas.

Ien Seu es una novela de misterio, con interesantes apuntes de aventura, breve y muy bien narrada. Para no revelar claves que gustará ir descubriendo por uno mismo, contaremos poco del argumento de un relato que se hace demasiado corto, que se precipita justo en el momento en que más quisiéramos deleitarnos en el espacio, en la trama y también en la escritura de esta autora, al menos desde el punto de vista de un lector adulto, pues para los lectores más jóvenes puede ser que tenga la extensión adecuada.

La historia está protagonizada por Cristina, una chica brillante que se ve envuelta en un desafío que cambiará su vida, su manera de concebir el mundo y su lugar en él. El desafío supone un viaje, no sólo físico sino también interior, y una búsqueda en la que contará con la ayuda y compañía de sus mejores amigos, y con el apoyo de su familia. De este modo, lo que comienza como un juego, el desciframiento de un texto encriptado, se convierte en la hazaña que da sentido a su vida. Pero además de a ese reto, la protagonista y sus amigos deberán hacer frente a la cotidianeidad de la vida en el instituto y a los conflictos propios de su edad, algo que la autora conoce de primera mano gracias a su profesión. En este sentido, no es un libro más sobre chicos adolescentes con afán detectivesco. Basta con leer las primeras páginas para darnos cuenta de que el estilo narrativo y la caracterización de los personajes nos conducirán por otros derroteros.

En efecto, la pasión de Lina Callejón por la Lingüística, la Literatura, la Música o el mundo de la educación se ve reflejada en una obra cargada de referencias a estas disciplinas, respondiendo así a su deseo de aportar constantemente a los más jóvenes, no sólo placer por la lectura, garantizado por un libro muy ameno y con elementos que conectan fácilmente con los jóvenes, sino también conocimiento y reflexión, tejiéndolos de tal manera que consigue evitar cualquier posibilidad de rechazo por parte de los lectores.

Llaman la atención algunas situaciones que pueden rozar la incredulidad o resultar cuanto menos llamativas (la propia forma en la que se descifra el texto -¿demasiado fácil?- o en cómo se plantea el viaje a Egipto). No obstante, si las consideramos como parte de ese pacto autor-lector que se establece en todo libro de ficción, podemos concluir que se resuelven más o menos eficazmente.

Como puntos fuertes destacaremos el modelo narrativo que ofrece y los valores que transmite. La historia está muy bien narrada, con descripciones minuciosas y cuidadas de situaciones, personajes y ambientes, y un estilo narrativo muy acertado, convirtiéndose en una referencia de calidad para los lectores. En cuanto a los valores,  aun con sus luces y sombras, los personajes se convierten en modelo a seguir, por su integridad y por sus acciones, a través de las cuales pueden vivenciarse la amistad, la solidaridad o la cooperación, destacando la relación padres-hijos y profesores-alumnos que rompe el habitual antagonismo existente en dichas relaciones en libros para adolescentes.

Pero Ien Seu va más allá y nos habla también de esfuerzos y sacrificios, y de la necesidad de transformar un mundo enfermo. En este sentido, Lina Callejón consigue tocar las conciencias y asegurar la reflexión, uno de sus propósitos como escritora.

En definitiva, estamos ante una historia que engancha, con un buen ritmo, a pesar de un precipitado final, una historia con calidez y calidad narrativa; un libro con unos referentes muy claros que no resultan ni aleccionadores ni causantes de rechazo, y sí modelos positivos; una obra más que recomendable para los jóvenes.