Soy Pepín Pinzón

Soy Pepín Pinzón

Alexis Deacon (texto) y Viviane Schwarz (ilustración): Soy Pepín Pinzón. Santander: Milrazones, 2014.  Colección: Milratones. Traducción: Jesús Ortiz.

 

pepin_phixr

Milrazones vuelve a descubrirnos un original álbum ilustrado, de esos que enriquecen, que divierten, que querremos tener cerca, leer mil veces, que encandilará a los más pequeños; una cuidada propuesta en la que el humor no está reñido con un importante trasfondo, una invitación a la reflexión nada desdeñable sobre la importancia de pensar serenamente y tomar conciencia de quiénes somos y adónde podemos llegar.

Publicado recientemente, Soy Pepín Pinzón es una historia creada por Alexis Deacon y Viviane Schward, dos ingeniosos autores con mucho que aportar, y no sólo formalmente.

Pepín Pinzón es un pajarillo que forma parte de una bandada en la que la algarabía y la locuacidad impiden oír sus propios pensamientos, hasta el punto de desconocer que son capaces de pensar. Sólo la temible fiera, un ser que les acecha y aterra, es capaz de truncar la contagiosa alegría de tan peculiar grupo y cuando eso sucede, éste sólo es capaz de huir. Los Pinzones no saben enfrentarse al problema y buscar soluciones porque, arrastrados siempre por el alboroto, no se han parado a pensar. Pero un poco de silencio nos puede descubrir muchas cosas y a Pepín Pinzón el silencio de una noche cualquiera le revela que puede pensar, y esto le entusiasma, le maravilla. Descubre que sus pensamientos le hacen fuerte, decidido y valiente, capaz de vencer a la fiera, y mejor aún: sus pensamientos pueden mejorar la vida de la bandada, los puede hacer más felices. Y como un pensamiento sin acción puede ser poco útil, Pepín se llena de arrojo para intentar transformar lo que le rodea, para en un último paso que culmina una trepidante, a veces inquietante, vivencia, compartir con los demás cuán grandes y libres los puede hacer un pensamiento, y cuántas cosas maravillosas pueden conseguir.

 Alexis Deacon crea un texto cargado de matices, juegos tipográficos, con una mezcla muy expresiva de diferentes ritmos, ofreciendo un registro muy adecuado para los niños.

Visualmente, el libro es muy rico, con ilustraciones diversas en diferentes formatos y técnicas. Viviane Schwarz saca mucho partido a la dactilopintura, una técnica muy frecuente en las aulas de infantil que la ilustradora lleva a cotas asombrosas. La acuarela de la fiera, las páginas en blanco y negro y las, a veces, laberínticas imágenes, son otros de los aspectos reseñables desde este punto de vista.

Sin duda, es un álbum muy atractivo,  lleno de contrastes y muy próximo a los niños. No sólo les entusiasmará a ellos. El lector adulto disfrutará mucho con su lectura, y mucho más con su narración, pues no será complicado dejarse llevar por un texto tan vivo. Si, además, favorecemos el crecimiento personal de nuestros hijos o alumnos, Soy Pepín Pinzón se hará un hueco entre las lecturas favoritas de los lectores de no importa qué edad.

Pienso, luego… ¡puedo cambiar el mundo!