Deja en paz a los muertos

Deja en paz a los muertos

J.R.Barat. Deja en paz a los muertos. Editorial Bruño. Paralelo Cero. 2015

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Galardonada con el Premio Hache 2013, Deja en paz a los muertos, introduce a los lectores juveniles en el misterio y en el suspense propios de las mejores obras clásicas (Agatha Christie y su línea).

Daniel, un joven que comienza sus vacaciones en una localidad del levante español, Gelver (ficticia), descubre cierto misterio de la mano de lo que parece el fantasma de un niño. A partir de ahí, sufrirá pesadillas que le llevarán a desentramar el misterio, ayudado por su nueva pandilla del pueblo y todos aquellos personajes que se cruzan con él. En el camino encontrará el amor, y lo que en principio parecía una historia de fantasmas, se convierte en un trama de suspense y detectives al más puro estilo Martin Mystery.

Muy bien narrado y con una acción rápida que permite la intriga constante, contiene todo lo que cualquier adolescente puede pedir en la lectura: misterio, amor, rutinas familiares, sentimiento y sensaciones nuevas… Los lectores se podrán identificar con el protagonista al mismo tiempo que disfrutar de unas auténticas aventuras de película con toques anecdóticos similares a sus series favoritas (hablemos del personaje del enano con reminiscencias a Juego de Tronos, por ejemplo, o de las vacaciones pandilleras similares a un lejano Verano Azul). El autor conoce esta franja de edad muy bien y ha sido capaz de introducir todos los elementos que pueden motivar hacia la lectura.

Sin dejar que se vuelva monótono, con una continuidad muy fresca y ágil nos llevará hacia un tema muy de actualidad, el tráfico de drogas y las consecuencias nefastas del mismo. Sobre este plano introduce distintos personajes con diferentes características emocionales que permiten entrever más allá de la pura historia. Es aquí donde vemos la importancia de una buena base en el conocimiento de esos protagonistas, lo que llevará a un desarrollo del argumento excepcional, y lo que permitirá a los lectores tomar como referencia para despertar el deseo de escribir por sí mismos.

Las descripciones panorámicas también dejan un sabor dulce en la lectura. En especial, toda la obra rezuma la ternura y el afecto que siente hacia ella, que contagia y que sin duda, aunque hay pasajes ficticios, te anima a conocer.

Es tan fácil distinguir cada uno de los elementos que componen la obra que te lleva a pensar en las cualidades didácticas de la misma en el proceso escritor (hay que tener en cuenta que el autor también es maestro). Resultará un buen libro de cabecera para el aula y una buena novela para esos días que apetece leer.

 Muy recomendable por cuanto tiene de coherencia, agilidad y narrativa.