El ladrón de croquetas
Pedro Riera (autor), Bea Tormo (ilustración). El ladrón de croquetas. Editorial Anaya. 2016
Las croquetas, ese gran objeto de deseo culinario que se transmite de generación en generación son las protagonistas de esta singular historia.
Como todo objeto de deseo, lo que les rodea es una combinación entre felicidad y amargura. Y, precisamente eso, es lo que siente nuestro protagonista.
La historia está contada en primera persona y relata una serie de acontecimientos que ponen los pelos de punta al más comilón. Sobre todo, si tu plato preferido son las croquetas, claro.
Todo comienza por la guerra por comer tan suculento manjar entre los miembros de la familia y como la lucha encarnizada desemboca en una serie de castigos, muy de padres, donde dejamos de lado tan suculento plato y es sustituido por las anodinas verduras y legumbres. Ante tamaño fiasco, los niños de la familia atónitos y sin entender el mensaje que sus padres pretender transmitirles retoman sus hazañas en lo que se convierte en una 2º guerra por las croquetas, cuyos efectos de convivencia resultaron nefastos. Llegados a este punto sólo cabÃa establecer unas normas entre todos donde imperase la justicia. ParecÃa que todo funcionaba, por fin, en el seno familiar, pero entonces apareció…
Esta primera introducción seguro que os despierta el interés, de una historia que tiene travesuras, amor incondicional, disciplina y todo rodeado de un factor cultural que a todos nos gusta: la cocina.
Las ilustraciones van parejas con la temática, son divertidas, cómicas y ligeras. Con mucho colorido pretenden sorprender y complementar el contenido escrito despertando la carcajada fácil y sonora y utilizando un formato muy visual y directo.
Destaca la inclusión de la receta para hacer croquetas, esas que todos desean, lo que motiva un momento perfecto para compartir con los pequeños lectores ese rato de ociosidad culinaria que desembocará, por qué no, en una tradición familiar como las de antes.
Sólo diré que es de esos libros que se te clavan en la retina, y todo porque la temática es muy atractiva. Porque
¿A quién no le gustan unas buenas croquetas?