Sterling y el caso del niño fantasma
Javier Sáenz Pinillos (autor), Julen Rodríguez Ruiz (ilustrador). Sterling y el caso del niño fantasma. Iajajai, 2017, 102 pp.
Se trata del tercer título publicado por el sello editorial iajajai, tras Mi camita y ¿Dónde estás oscuridad? Al igual que los otros dos, tan solo se pueden adquirir a través de Amazon, donde poco a poco van haciéndose un pequeño hueco en el panorama editorial.
Esther, o Sterling (como quiere que la llamen de mayor), es una niña de diez años que tiene claro que quiere ser detective. Para ello, ya va haciendo méritos y aprovecha cualquier ocasión que se le presenta para resolver un misterio. Se trata de un personaje decidido y valiente, muy activo y con ganas de lanzarse a la caza y captura de aventuras. Nos alegra ver que en la literatura infantil y juvenil actual van apareciendo cada vez más personajes principales femeninos, con inquietudes y con ganas de participar en la acción y no ser meras espectadoras.
El libro presenta una lectura fácil y rápida, con mucho diálogo que hace avanzar la narración de manera ágil y sin grandes descripciones. El narrador en primera persona habla directamente con el lector, creando un vínculo de cercanía y compañerismo que puede lograr que los niños se sientan parte de la aventura. Además, el autor ha hecho una apuesta algo arriesgada y ha tratado de plasmar el vocabulario infantil y juvenil, recurriendo a expresiones como “qué pasote”, “guau” o “lo flipas”.
Javier Saénz Pinillos (J.S. Pinillos) y Julen Rodríguez Ruiz (J.R. Ruiz) vuelven a trabajar juntos, esta vez en formato de novela corta y no álbum ilustrado. Las ilustraciones en blanco y negro, aproximadamente una por capítulo, acompañan el texto para representar momentos clave, aunque no tienen tanto peso como en Mi camita.
La historia tiene ciertos tintes de Harry Potter, con la protagonista viviendo dentro del colegio, ya que su padre es el director, y otros personajes alojados en edificios cercanos y a veces interconectados. Además, hay túneles secretos y cámaras con “tesoros” que pueden llegar a recordarnos a algunos pasajes de la obra de J.K. Rowling. ¿Será por eso que ellos también han escogido presentarse con sus dos iniciales y el apellido? ¿O será J.R.R. Tolkien el responsable?