Ana y Valentina
Danny Parker (escritor), Freya Blackwood (ilustradora). Ana y Valentina. Patio Editorial, 2017, 32 pp.
Las ilustraciones están realizadas con pinturas al óleo e impresión láser en papel de acuarela, según nos explican en la página de créditos. No tenemos aún capacidad para juzgar la técnica en tanta profundidad (todo se andará), pero podemos decir que el resultado final es un éxito rotundo. Las tonalidades pastel crean un ambiente de ensoñación e inocencia que acompaña fenomenal la historia de amistad de las dos protagonistas. Los contornos no del todo definidos transmiten con elegancia el movimiento de los personajes y el nerviosismo y las ganas de Ana y Valentina de moverse por todo el vagón.
Además, la ilustradora hace un uso ágil e inteligente tanto de la doble página como de distintos tipos de planos para lograr un efecto cinematográfico encantador. El libro comienza con las dos niñas que se encuentran en la estación de tren y comienzan a conocerse; la narración avanza rápida, casi frenética, con varias pequeñas escenas compartiendo la doble página mientras las niñas se persiguen y danzan por la hoja en blanco. La historia y la amistad continúan avanzando hasta que la cámara comienza a acercarse a las protagonistas, ofreciendo un intenso plano medio que presenta con energÃa la discusión que lo detiene todo. La doble página ilustrada hasta los lÃmites del papel frena al lector en la escena de ambas niñas, sentadas cerca pero solas y con una atmósfera digna de las reuniones familiares más tensas que se puedan imaginar. El libro avanza con el mismo nivel de calidad, mostrando elecciones de planos, tonalidades y ritmos narrativos que demuestran un elegante y muy acertado trabajo por parte de la ilustradora.
La edición está igual de cuidada, con unas preciosas guardas ilustradas que introducen y despiden al lector con delicadeza. También la página del tÃtulo y de los créditos contribuyen con belleza a la narración y nos presentan la estación de tren donde surgen el viaje, la historia y la amistad.
No es justo separar el texto de las ilustraciones, ya que en este caso conforman un tándem de gran calidad, pero no he podido resistirme a copiar las palabras escogidas por Danny Parker para narrar la resolución del conflicto infantil.
Ana esconde las palabras
que no tenÃa que haber dicho.
Luego busca las palabras
que tendrÃa que haber dicho,
y empieza a construir un puente.
Valentina añade algunas palabras más,
hasta que el puente es lo bastante sólido
para las dos.
¡Qué fácil parece cuando no nos empeñamos en hacerlo difÃcil!