Los cuentos de hadas clásicos anotados

Maria Tatar (ed.): Los cuentos de hadas clásicos anotados. Barcelona: Crítica, 2012. 455 pp.

Teníamos ya ganas de presentar esta recopilación de cuentos tradicionales, que venimos degustando poco a poco desde hace años, a trocitos, en nuestro momento preferido del día, que es la noche. 

Imagínese asistir a una velada en la que una de las principales especialistas en cuentística occidental, Maria Tatar, catedrática en Harvard, le presenta uno a uno los cuentos más conocidos de occidente. Imagine también que usted puede levantar la mano para preguntar dudas sobre algún pasaje, sobre el sentido de unas palabras, o sobre la función de determinado personaje… y que ella le responde. Eso es este libro.

En su fabuloso prólogo, Tatar nos recuerda que la maravilla de los cuentos es que son capaces de recrear los mitos a escala humana. Poseen toda su misma trascendencia simbólica, toda su misma fuerza argumental, pero no son dioses, sino seres como usted y yo (acompañados de alguno de esos seres fantásticos como gigantes, brujas o sirenas, que casi siempre no vemos) los que los protagonizan. Las astucias de Hércules o de Perseo están en Jack o en la hija del molinero; las luchas entre dioses del Olimpo se encuentran en los enfrentamientos del bien y el mal, las tentaciones terribles de Rapónchigo o El Enebro; los grandes viajes odiseicos están a su modo en Al este del sol y al oeste de la luna. Nos dice Tatar que en estos cuentos encontraremos una moral compleja: «en la gran ficción hay de todo, menos una respuesta clara», cita en p. xvi. Nada que ver con la moraleja azucarada de muchas re-re-reversiones infantiles actuales de estos cuentos. Todo el que desee dedicarse a la educación y contar cuentos a los niños debe conocer la raíz, el origen, que son estas historias, tal como fueron y como posiblemente seguirán siendo.

No es este, claro, un libro para dárselo a los niños. Es un libro para los adultos, para que luego ellos propicien lo que se conoce como «lectura conversada» con los niños. Dice Tatar: «Muchas veces, es la experiencia de leer en voz alta o de contar la historia una y otra vez la que produce las resonancias y las respuestas emocionales más poderosas» (p. xvii).

El libro incluye cuentos recogidos/escritos en Europa, de esa tradición paneuropea que luego se ha extendido y glorificado por otros continentes: los hermanos Grimm (la mayoría), Perrault, Andersen, Afanasev, Asbjornsen y Moe, Leprince de Beaumont, Jacobs y Runge. Títulos como Piel de asno, Los tres osos, La princesa y el guisante, Barba Azul, Caperucita Roja… y también alguno menos conocido como Basilisa la hermosa, Molly Whuppie o Catalina Cascanueces. Por cierto, que también es un buen libro para rebatir lo que algunas «feministas» parecen olvidar (o no querer saber) cuando hablan hoy en muchos foros del machismo de los cuentos tradicionales. Las notas en momentos puntuales de los cuentos nos transfieren (sin demasiada erudición) parte del conocimiento de la editora, lo cual nos permite interpretar más cabalmente el sentido del cuento o alguno de sus detalles.

La edición de Crítica es tan cuidada como suele ser todo lo que publica esta editorial. No se conforma con presentar los textos y las notas, sino que nos deleita con ilustraciones maravillosas: al principio, con escenas de cuentacuentos, y luego, en cada relato, ilustraciones de ediciones del siglo XIX y principios del XX (de Ivan Bilibin, Edward Burne-Jones, Walter Crane, Gustav Doré, Kay Nielsen, Arthur Rackham, George Cruikshank, Edmund Dulac, y Maxfield Parrish).

Para los expertos, se añaden algunas lecturas adicionales: biografías de los autores/compiladores e ilustradores, bibliografía adicional, apéndices con otras versiones e ilustraciones completas.

No debería faltar este libro en los estantes y mesillas de quienes se dedican a la literatura infantil y a la cuentística. Vale para expertos y para aficionados. Vale para quienes lo deseen leer de corrido o para quienes deseen picotear en busca de placeres puntuales.