El pequeño pingüino
Tony Mitton (autor), Alison Brown (ilustradora): El pequeño pingüino. Barcelona: Corimbo, 2018, 26pp.
“El pequeño pingüino no sabe parar, siempre busca aventuras en algún lugar” así de sugerente es el comienzo de la historia de nuestro protagonista, que movido por la curiosidad y el deseo de conocer se ve envuelto en una aventura por el mar, en la que conoce numerosos animales, que como él viven en la Antártida. Pero, como a cualquier pequeño, alejarse de casa le despierta sentimientos de añoranza ¿cómo podrá volver a su casa si está flotando en medio del mar? Menos mal que su medio de transporte conoce el camino de vuelta.
La construcción narrativa de esta historia muestra una estructura de relato clásica en la que tanto la introducción del protagonista como la sucesión de sus aventuras marítimas se presentan en forma versada, con rimas sencillas, proporcionando una musicalidad a la historia que facilita su comprensión para los más pequeños de la casa. A pesar de incluir palabras algo complejas y poco frecuentes en el lenguaje cotidiano de los primeros lectores la estructura sintáctica simple, las imágenes y el contexto permiten que los lectores no pierdan el hilo del relato según van avanzando.
El autor conecta directamente con los más pequeños haciendo que el protagonista, el pequeño pingüino, comparta con ellos características como el tamaño, las ganas de nuevas aventuras y los sentimientos que van surgiendo a medida que avanza la historia.
Las ilustraciones de tipo esquemático y con una gama de colores fríos, son capaces de reproducir el escenario en el que transcurre la historia de manera que los lectores puedan vincularlas con la realidad, matizando la ficción de la historia y haciendo que exista una posibilidad para los lectores de que esta historia sea real. Las ilustraciones acompañan al texto recreando las situaciones que los versos describen. Imagen y texto se combinan de manera armónica para aportar fluidez a la lectura y resaltar de forma evidente las aventuras del protagonista.
El pequeño pingüino es un cuento ilustrado que puede ser introducido a partir de los 2 años puesto que tanto la secuenciación de las imágenes como la estructura clara y sencilla del texto permiten a los pequeños lectores disfrutar de la melodiosa historia sin perder el argumento a la vez que disfrutan de las divertidas imágenes.