¡Vaya, un libro!

Lorenz Pauli (texto), Miriam Zedelius (ilustraciones), Patric de San Pedro (traductor). ¡Vaya, un libro! Barcelona: Takatuka, 2019. 32 pp. 

Este libro no cuenta una sola historia sino dos, porque son necesarios dos planos para advertir las consecuencias del uso y abuso de las pantallas llevadas a la máxima consecuencia. A través de la perplejidad de un niño que desea ante todo conocer la historia del libro que le han regalado se nos plantea la dicotomía de la lectura en papel y en pantalla de forma simple y con mucho humor. Es innegable adivinar hacia dónde se inclina el valor del libro impreso frente a los dispositivos electrónicos, pero indagemos un poco más en el contenido.

El niño se llama Javi y aunque no domina la lectoescritura sí que conoce las principales claves de la lectura: se lee de izquierda a derecha, ni las imágenes ni el contenido se pueden agrandar a voluntad y la imaginación es fundamental para disfrutar.

La señora Manzanilla está dispuesta a leerle en voz alta, pero pronto descubrimos que no están en el mismo nivel. La lectura de las aventuras de una valiente ratoncita que se enfrenta a un dragón terrible se alterna con la batalla de Javi -no menos terrible- para que la lectura avance.

El motor de la historia es el interés de Javi por conocer la historia y los pequeños descubrimientos de la señora Manzanilla en una destreza que parece haber olvidado nos alientan a continuar.

Dos historias, una dentro de la otra, bajo un mismo formato que aluden a realidades diferentes con tipología y colores diversos. La primera historia -la de Javi y la señora Manzanilla- empieza y termina en las guardas y las imágenes son simples trazos con el interior sin colorear. Nada que ver con la otra historia donde el texto es en negrita y hay una explosión de colores que parecen obra de un niño porque su fuerza, intensidad, compromiso y porque, en fin, se adivinan trazos sin pintar.

Una advertencia frente a la comodidad de las pantallas, un homenaje a los libros impresos, los de siempre y de la lectura compartida donde la imaginación, la capacidad de crear mundos a nuestro antojo sustituye la tecnología. Los colores, las luces, la música y las imágenes en movimiento son muy motivadoras, pero solamente podemos ir más allá entre las hojas de un libro.

La señora Manzanilla le grita al libro:

– ¡Eso no es posible!

Javi se encoge de hombros:

– Sí, claro que sí. En un libro todo es posible.

Una historia dentro de una historia y ambas remiten a lo conocido desde el realismo mágico donde lo sobrenatural se interpreta de la misma forma que lo cotidiano. Llegará un momento que no sepamos valorar una historia fantástica y que hojear un libro implique más esfuerzo que pasar el dedo por una pantalla. Se se suelen llamar los teléfonos móviles como inteligentes, pero debemos luchar para que nuestras capacidades queden mermadas porque en ellos.

Porque como se describe en la página de la editorial:

¿Qué es un libro? ¿Para qué sirve? ¿Cómo funciona? ¿Podemos modificar el final de una historia, cuando se intuye que no nos gustará? La respuesta a estas preguntas podría resultar necesaria para usuarios compulsivos de tablets, smartphones y libros electrónicos, y en este libro se aborda de manera singular a través de dos relatos paralelos (de tipografías diferenciadas) donde se entrecruzan las aventuras de una ratona con la aventura de leer.

Una lectura que promueve la reflexión y la discusión. Totalmente recomendado.