Atascado

Atascado

Shinsuke Yoshitake (autor e ilustrador): Atascado. Granada: Barbara Fiore Editora, 2018. Traducción del japonés de Marina Bornas.

¿Quién no recuerda haberse quedado atascado con la ropa de pequeño? Esto es lo que le pasa al protagonista de esta historia. Quiere quitarse la ropa sin la ayuda de su mamá, pero sus esfuerzos no sirven para sacar los brazos y la cabeza de su camiseta. ¿Cuánto rato llevaré así?, se pregunta… Mientras, empieza a pensar cómo sería si se quedara así para siempre. Aquí es cuando despliega toda su imaginación y visualiza las formas en las que podría apañárselas: para beber, pasear con su gato, jugar con sus amigos (también atascados, porque… ¡seguro que hay más niños en su misma situación!)… ¡Sería totalmente viable quedarse atascado en su camiseta de por vida! Pero… cuando el hambre acecha, la realidad vuelve a hacer presencia y, aunque piensa en pedir ayuda a su madre, decide que puede hacerlo por sí mismo. La verdad es que, pasado un buen rato, la madre aparece en escena y lo saca del embrollo en el que se ha metido para llevarlo al baño. Pero, la historia no termina aquí… ¿se imaginan qué pasará después del baño?

Atascado es un libro muy ingenioso, irónico y cargado de humor. Con unas ilustraciones muy simples, de líneas sencillas y colores claros, Shinsuke Yoshitake nos muestra, mezclando realidad y fantasía,  la contundencia y cabezonería de un niño que quiere hacer las cosas por sí solo. Observamos desde el punto de vista de un niño cómo se vive esa determinación por ser autónomo, por conservar su independencia y salvar su autoestima.

Otro punto interesante es cómo trata el autor la noción temporal. No se nos dice el tiempo real durante el cual el niño está atascado, quizás son sólo unos minutos (entendemos que esto pasa mientras la madre prepara la cena), pero para el niño parece que sea una eternidad. Incluso imagina cómo sería su futuro si no consiguiera desatascarse, hasta el punto de pensar que podría ser algo con lo que podría llevar una vida normal, o incluso conseguir grandes cosas. Vemos aquí un claro ejemplo de la percepción espaciotemporal de los niños, donde ésta se organiza según sus interacciones con situaciones cotidianas, no siendo todavía conscientes de su transcurso hasta que son capaces de estructurarlo mentalmente.

Sin duda, es una historia muy divertida sobre una escena de lo que sería un día normal en el mundo infantil, pero con un toque de imaginación que nos lleva a tiempos pasados en los que también nosotros luchábamos con una camiseta y creábamos en nuestras mentes hipótesis fantásticas que nos ayudaban a encontrar soluciones a nuestros problemas.