Adolfo Serra. Caperucita roja. Madrid: Nórdica libros, 2019, 32 p.

¡Guau! O, acaso sería más apropiado un bestial,…, ¡Auuuuuuu! Porque como esa fascinación por la luna que provoca el salvaje aullido, la fuerza que desprenden estas páginas supone una irresistible llamada. Bellas ilustraciones, poderosos símbolos que a través de un feroz magnetismo nos enredan, inevitablemente, en la sugerente narrativa visual.

Tras la lectura, en el plácido descanso que aconseja la digestión de tan deliciosas imágenes, uno intuye al autor acechando. Persiguiendo el imaginario colectivo hasta separar del grupo a la incauta, a la confiada e inocente Caperucita. Porque a través del símbolo, esta muda narración, dirige el cuento desde lo colectivo hacia una trama única, propia y particular de cada lector.

El exquisito relato, que dibuja Adolfo Serra de este conocido suceso, permite conectar a cada uno consigo mismo. El poderoso Lobo, símbolo omnipresente, confiere desde estas páginas la capacidad para llegar hasta nuestros más íntimos temores. Temores juguetones e infantiles, o terribles y pavorosos miedos: Lobos que como todos nosotros, como cada individuo, encierran un fin sin de naturalezas y personalidades.

Encontramos un camino que encierra distintos riesgos. La amenazadora mirada. El temor acechante. Los peligros escondidos. Pero también, temores inocentes que se distraen con el juego, miedos que se adormecen con la belleza. Y un canto a la esperanza donde, a pesar de los oscuros presagios, se llega a superar los peores momentos. Láminas y escenas que muestran cómo Caperucita vive en el Lobo, del mismo modo que el Lobo vive en Caperucita.

La narración, a doble página y carente de palabras, nos absorbe entre sus blancos y negros. Lápices y carboncillo se imponen en esta trama en la que no dejamos de encontrar pequeños detalles de aguas y color. El negro, la gran oscuridad del Lobo, predomina en la secuencia de escenas donde siempre se cuela el alegre y vivaz rojo de Caperucita. Una narración sugerente y fascinante que capta, y reclama continuamente, la atención del lector.

Una cuidada edición añade aun más atractivo al libro. Páginas con gramaje que aportan un cálido tacto. La encuadernación con el lomo en tela roja que resalta el blanco y negro de título y portada. Encuadernación que destaca el contraste entre la rugosa calidez de la tela y la lisa suavidad del papel. Pequeños detalles para engarzar y embellecer esta joya ilustrada.

En definitiva, un libro que ofrece la original visión de este gran artista sobre Caperucita Roja. Una seductora narrativa visual, ilustraciones de gran poder sugestivo que ofrecen distintos enfoques, donde esta, la del que suscribe, es solo una de las posibles lecturas. Un delicioso álbum ilustrado capaz de transformar un relato compartido por todos en una Caperucita propia y particular.