Atlas de los lugares literarios

Atlas de los lugares literarios

Oliver Cris F. (texto), Fuentes Julio (ilustraciones): Atlas de los lugares literarios. Madrid: Montena, 2018, 128 pp.

 

Por fin un libro bastante práctico y muy ilustrativo sobre los lugares a los que todos los buenos lectores nos gustaría ir. Además, con una presentación maravillosa porque con solo tomar un volumen entre las manos nos sentimos privilegiados. Encuadernado en tapa dura y forrado en una suave tela con una portada de tacto rugoso como los libros de antes, los libros que contenían historias «de las buenas» y con imágenes interiores a dos tintas (roja y azul). Y, por si eso fuera poco, ya en la introducción nos dan un caluroso recibimiento:

¡Bienvenidos a este atlas, a la par que guía, de mundos fantásticos! ¡Viaja al pasado, transpórtate a universos paralelos, adéntrate en el espacio sideral, sobrevive a las distopías y recorre los cuentos de hadas a lomos de las más extraordinarias criaturas! Si crees que estás preparado para iniciar esta inolvidable aventura, gira inmediatamente la página (No nos responsabilizamos de los percances que puedas sufrir durante el itinerario).

Se trata de un compendio de hasta treinta lugares, algunos reales y otros imaginarios o situados en universos distantes, a los que solamente se puede acceder por medio de la lectura y que los grandes lectores conocemos la mayoría de ellos. Con una estructura que se repite: el autor dedica cuatro páginas a cada uno de estos sitios donde después de la descripción se incluye un mapa o un plano con indicaciones precisas sobre donde se encuentra lo más interesante para aprovechar el viaje al máximo. A continuación, se hacen recomendaciones de todo tipo (desde qué poner en la maleta y las precauciones que es necesario tomar) que podemos seguir o no y, al final, se incluyen anécdotas o curiosidades en Sabías qué. También encontramos links a otros lugares reseñados en el mismo libro para relacionar e interrelacionar espacios en una suerte de viaje sin fin. Es lo que ocurre con el Oxford de Luces del Norte de P. Pullman desde donde se puede acceder al País de las Maravillas que visitó Alicia por error.

Una de las curiosidades que ha pasado a ser un misterio sin resolver es que los zapatos rojos de Dorothy se perdieron durante el rodaje de El maravilloso mundo de Mago de Oz en el año 1939 y no se recuperaron jamás. Igual de interesante resulta saber que Alicia Liddell y Peter Llewelyn se conocieron. Ambos fueron dos personas de carne y hueso en las que dos escritores se inspiraron para escribir Alicia en el País de las Maravillas y Peter Pan, respectivamente, dos libros clave de la literatura infantil y juvenil del siglo XIX.

Un libro que nos resulta más cercano por la nacionalidad de la autora, pero no por su ubicación fantástica es el de la valenciana Laura Gallego y sus Memorias de Idhún donde se dan las claves para unirse a la Resistencia y ayudar a liberar el reino a todo aquel que se maneje bien con la espada.

Al parecer, Londres es la ciudad favorita de los dos autores. Podemos viajar a la capital de Inglaterra en varias ocasiones. En pleno siglo XIX con Sherlock Holmes y tras los pasos de los personajes de Sentido y sensibilidad. Aunque no es lo mismo haber crecido en el siglo XX que en el Londres oscuro e hipercontrolado que George Orwell imaginó para su distópico libro 1984. Un lugar donde hasta los pensamientos y sueños de sus habitantes no logran escapar de la vigilancia del Gran Hermano, un dictador que siempre está alerta.

Un poco más lejos queda el pequeño planeta de El Principito situado en el asteroirde B612 pero, a pesar de los desaires y caprichos de la rosa, el largo viaje merece la pena por las innumerables puestas de sol que podemos observar y por charlar con el pequeño príncipe que, recordemos, nunca responde a una pregunta.

Como todo buen viajero que se precie podemos disfrutar la gastronomía según nuestras preferencias. Los más golosos pueden visitar la Fábrica de Chocolates Wonka sin necesidad de encontrar el billete dorado que cambió la vida a Charlie y a su humilde familia; y los amantes de la comida vegetariana pueden compartir mesa con los habitantes de Celestia.

La Narnia a la que los cuatro hermanos accedían a través de un armario, el Camelot del Rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda, la escuela de magia de Hogwarts.  la isla donde naufragaron los niños de El seño de las moscas, el Panem de Los Juegos del Hambre o la Villa Mangaporhombro de Pippi Langstrum. La oferta es irresistible y sorprendente por las pocas páginas del libro y su ajustado precio.

Así pues, un maravilloso itinerario para soñar con pasear por los escenarios donde transcurren las mejores historias de la literatura de todos los tiempos. Recordemos que algunos de estos lugares son reales, aunque la mayoría de ellos no; pero gracias a los libros podemos trasladarnos a ellos cuando queramos. Y siempre con un lenguaje muy ameno, ágil y cercano.

Si queremos, podemos tomar al pie de la letra el consejo del autor de visitar todos los lugares citados en el libro durante un año sabático o, mejor aún, experimentar de nuevo sus bondades con toda tranquilidad y a nuestro ritmo leyendo y releyendo los libros donde aparecen.

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