Mi vacío

Marcos Viso (autor/ilustrador). Mi vacío, A Coruña: Hércules de Ediciones, 2020. 40 pp

La pérdida es un tema frecuente en los libros infantiles, ya sea de un objeto muy preciado (como un juguete) o la de un ser querido, un familiar o una mascota. Cuando algún ser querido muere, lo realmente complicado de entender no es el hecho de morir, sino el hecho de no-estar, es decir, el hecho de que no vamos a volver más a ese ser querido.

El proceso de «digestión» que supone aceptar que ya no volveremos a ver aquello que hemos perdido es complejo y difícil incluso para el cerebro desarrollado de un adulto. Llegar hasta ese punto en el que superamos la pena y la negación se transforma en serenidad suele llevar bastante tiempo. Y quizá no haya tantos libros para niños sobre la aceptación de la pérdida (pérdida de todo tipo, no solo debido a la muerte) y el duelo. Y eso es precisamente lo que, de forma conmovedora, nos muestra Mi vacío.

Aunque la dedicatoria reza «Para quien ya no está», el punto de partida de esta historia es la pérdida de un objeto, un juguete, un pequeño barquito. A simple vista no parecería ninguna tragedia, sin embargo, sí es una pérdida suficientemente importante para un niño que, al darse cuenta de lo irremediable de la situación, siente un gran vacío en su interior, un vacío cada vez más grande. El niño no es capaz de describir con palabras este vacío y esta imposibilidad de ponerle nombre es lo que quizá le lleva a negar su existencia y despreciar la ayuda de sus amigos, que acuden a consolarlo en este momento difícil. Finalmente, el niño se da cuenta de que sí necesita la compañía, el valor y la serenidad de sus amigos, y es entonces cuando el proceso se completa y ese vacío se transforma en «un hermoso recuerdo». Estamos hablando de un objeto, pero podría ser extrapolable a la muerte de un familiar o la de una mascota.

Las ilustraciones, conceptuales y limitadas a un rango muy específico de colores (seña de identidad de este ilustrador) son profundamente evocadoras y dirigen con maestría y sutileza el hilo narrativo, que comienza y acaba en las guardas. Transmiten el mensaje sin ñoñerías y de forma tan potente que su protagonismo es absoluto en la página, lo que hace que las palabras parezcan casi, casi redundantes. Mi vacío es un precioso y enternecedor álbum recomendable para cualquier edad, ideal para sobrellevar esas situaciones difíciles en las que es necesario encontrar algo de consuelo.