Rachele Aragno: Melvina. Madrid: Liana Editorial, 2020. 207 pp.

Melvina es el título del primer cómic de la italiana Rachele Aragno. Trata de una niña, Melvina, que quiere hacerse mayor lo antes posible, y vivirá una extraña aventura que le hará ver las ventajas de ser niña así como las de ser mayor, y al mismo tiempo la reencontrará de algún modo con su familia.

La composición es buena y el trazo profesional. La historia es ágil (tal vez demasiado ágil, como explicaremos más abajo), y tiene momentos bastante ingeniosos, como algunos escenarios insólitos por los que se mueven los personajes, o como el uso de lenguaje de tigres en pp. 119-120: unos tigres hablan con símbolos extraños en el globo de diálogo, y sus palabras acaban siendo traducidas en nota.

La historia reúne los requisitos de una buena aventura: un viaje, un malo, una Elegida, algo de fantasía y varias sorpresas en el camino… Y sin embargo a veces echábamos de menos una dirección clara, un plan. Hay demasiadas preguntas sobrevolando la cabeza del lector, y la historia encadena una secuencia tras otra, un nuevo personaje tras otro, con poca coherencia. No se explica por qué Melvina es la Elegida, ni por qué decide hacer cosas como entrar «a echar un vistazo» a un cementerio, o parar a comer en un restaurante en medio de una ciénaga cuando están a punto de llegar al final de su viaje. Con la prisa de querer hacer avanzar la acción y que ocurran sucesos, el raccord, o continuidad narrativa entre viñetas, falla en ocasiones, y cuesta trabajo adivinar qué ha sucedido entre ellas. Hay también algunos cabos sin atar, como la entrada del gato Octavio en casa ajena en p. 9, que parece olvidarse.

Si dan con el libro o el libro llega a ustedes, pasarán un rato imaginativo, y algo les quedará.