Las visitas de Nani

Las visitas de Nani

Karishma Chugani Nandani (autora e ilustradora): Las visitas de Nani. Barcelona: Ekaré, 2018, 108 pp.

Tenemos entre manos un diario personal, un canto a la vida y una declaración de amor. Esos parecen ser los tres pilares fundamentales de Las visitas de Nani donde Karishma Chugani Nankani plasma su vida, su viaje, y el de su familia; siempre en torno a la carismática figura de su abuela, su Nani.

Esta es mi Nani y yo soy su Karish.

A primera vista, Nani parece una abuela como cualquier otra, pero si la conoces un poco más, te darás cuenta de que es mágica.

Nani tiene 91 años y ha viajado por el mundo viviendo una vida de mudanzas y aventuras. Pienso que su historia es maravillosa y merece contarse.

Esta es mi versión de la vida de Nani.

La obra se divide en varios pequeños capítulos donde la autora refleja recuerdos familiares, algunos vividos por ella y algunos probablemente memorizados tras haberlos escuchado una y otra vez. Los episodios, como la propia autora promete en las primeras páginas, reflejan las andanzas de una mujer que ha recorrido infinitos caminos y que ha sabido vivirlos al máximo. Pero lo que enternece especialmente es lo que subyace en cada frase y en cada ilustración: una admiración y un cariño tremendos. Las páginas reflejan el amor incondicional de Karishma a su abuela y traspiran también un marcado sentimiento de agradecimiento. Y es hermoso, muy hermoso.

 

Las ilustraciones, hechas a lápiz, presentan infinidad de detalles que acercan al lector a olores y sabores probablemente lejanos. Además, confieren al libro un aire de cuaderno de viajes, casi de apuntes, que termina de rematar la encuadernación con hilo visto, sin la tapa del lomo habitual. Parece como si Chugani hubiera recopilado sus recuerdos de infancia y juventud, sus dibujos y sus anotaciones, y los hubiera unido para compilar esta suerte de diario personal.

Es hermoso, muy hermoso. Disculpen, voy a llamar a mi abuela.