Eve Bunting (autor), Sergio Ruzzier (ilustrador): ¡He perdido mis calcetines! Barcelona: Editorial Juventud, 2013.

Un pato despistado ha perdido sus calcetines nuevos. El pato busca y rebusca en su caja y, como no los encuentra por ninguna parte, sale a preguntar al zorro. El zorro le envía al toro y el toro al lago. Pero no hay rastro de los calcetines. Cerca del lago encuentra a la familia de pavos reales y también les pregunta a ellos. Finalmente… ¿qué es eso que asoma por ahí?

Es un cuento con un divertido final y buenas cualidades para ser contado, lo que no me sorprende ahora que he leído la biografía de su autora, que se crió nutriéndose de escucharlos.

Eve Bunting utiliza diálogos rimados pero que a la vez permiten una lectura muy natural. Estos diálogos aportan gracia, ritmo y juego. Además, al recurrir a la repetición de estructuras ayuda al lector novel o al escuchador a seguir el hilo y recordar o reproducir la historia con mayor facilidad.

El álbum está pensado para un público a partir de los cinco años, pero los niños de tres y cuatro años podrán también seguir el hilo y disfrutar de él (incluso pedirán el bis) puesto que la temática les resultará muy afín. El texto ofrece, además de las delicias fónicas de sus rimas, un ritmo en el que la desesperación del pato va suavemente in crescendo, para desatarse en la auténtica felicidad que sólo hallamos en las pequeñas cosas que para cada uno tienen un valor especial.

A veces nos sentimos abrumados cuando nos falta algo que necesitamos por razones más emocionales que materiales. Los niños tienen un fuerte sentimiento de posesión sobre los objetos y perder algo suyo puede desencadenar, desde el punto de vista del adulto, en una ansiedad ilógica. Pato tiene esos mismos sentimientos y, apoyado por sus amigos, al final consigue su final feliz. Supone un bálsamo ante situaciones angustiosas relacionadas con la pérdida de control que se dan en la cotidianeidad. Y este apoyo se ofrece de forma magistral, evitando las tediosas monsergas y los mensajes explícitos con los que a veces asediamos a los niños.

Permite, pues, una inmediata empatía con el pato, ya que a menudo los niños se sienten incomprendidos en este terreno. Les ayudará a no sentirse culpables por dejarse llevar a veces por la desesperación, y a valorar también la posibilidad de pedir ayuda a los demás para solucionar los problemas que nos preocupan.

Las ilustraciones de Sergio Ruzzier en delicados tonos pastel son encantadoras, acompañan perfectamente al texto y, con un toque surrealista, perfila a los animales que participan en esta historia, dotándola de un valor añadido.

La Editorial Juventud nos brinda este libro en una cuidada edición, en cartoné y con hojas satinadas a la altura de esta bonita historia y sus bellas ilustraciones.

La armonía creada entre Eve Bunting y Sergio Ruzzier nos sumerge en un lugar y un momento un tanto surrealista y delicado, suave, emocional, donde se magnifica la pérdida de unos calcetines, se ensalza el valor de la amistad y se otorga un final de algodón de azúcar: dulce y divertido.