Ideas CreActivas para educar

Ideas CreActivas para educar

Enrique Sánchez Rivas (autor). Ideas CreActivas para educar. Málaga. Ediciones Aljibe. 2014

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Pedagogía eminentemente práctica a partir de una serie de ideas creativas desarrolladas a través de diversas experiencias, en su mayoría personales, o tomadas de autores reconocidos en la materia. La interactividad del libro viene de la mano de la página web (ideascreactivas.com) que ofrece una serie de conexiones para fortalecer ese aprendizaje activo.
Lo aquí tratado surge de una simbiosis entre las teorías pedagógicas más innovadoras de los últimos tiempos. Habla de Marina, Robinson, Armstrong, Dewey… Recoge lo mejor de cada una. Establece inferencias con corrientes educativas de siempre, como el conductismo o el constructivismo y les añade valor. Lo que queda claro es su amplio conocimiento sobre el tema.

Parte de  la necesidad de crear una comunidad solidaria de aprendizajes con la parábola del concurso de granos que refleja de manera estelar la siguiente colección de buenas ideas.
Y no es la única historia con mensaje. Le siguen otras igual de idóneas para mostrarnos el camino, como el caso del escorpión,  todo ello muy en la línea de Marina, Hurra o Bucay, que nos enseñan a través de ejemplos sus aportaciones teóricas hacia un aprendizaje más relacionado con la psicología de la enseñanza.

Quiero destacar el descubrimiento de la noción de pensamiento lateral para la resolución de conflictos en el aula, sin duda, una manera muy creativa de lograr nuestro objetivo como docentes. Junto con un buen análisis de la importancia de la educación emocional desde pequeños.
Durante el camino nos enseña lo más cercano al aula, poniendo de relieve la importancia de una adecuada motivación hacia el aprendizaje, de una manera natural, sin estrés, alentando la curiosidad propia de los niños y condenando ciertas prácticas que vemos desgraciadamente de manera habitual en nuestras aulas.
Conocemos de sobra la idea de que todos nacemos siendo creativos (para el que no lo sepa, ya lo sabe) y Sánchez Rivas nos da algunas pistas para seguir desarrollándola en el aula.
Es curiosa y muy eficaz la manera en que suele introducir los contenidos para que resulten atractivos. Sin duda, conoce a la perfección la figura del coach educativo y esta atentó a todos los recursos innovadores disponibles para que sus clases resulten motivadoras y sus alumnos aprendan.
Hay momentos durante la lectura que quizá veo algunas actuaciones del autor como maestro algo drásticas (nada que no pensemos todos en algún momento pero que quizá no somos capaces de llevar a cabo) pero que en cualquier caso resultan pedagógicas y nos dirigen hacia la valentía de ser maestro.
Os ánimo a dar un paseo por sus páginas llenas de experiencia y comprobar que sí se quiere se puede, sólo hay que hacerlo.