Rébecca Dautremer: La tortuga gigante de Galápagos. Edelvives: Zaragoza, 2007.

Este peculiar libro ilustrado en formato álbum nos permite disfrutar de nuevo del trabajo de Rébecca Dautremer, acercándose esta vez a un género no muy presente en la literatura infantil, el teatro, menos aún en este tipo de libro de gran formato e ilustrado. Decimos peculiar precisamente por este hecho, pero también por todo el juego literario con el que la autora envuelve la historia, dotando de esta forma de unas singulares notas de ironía y comicidad a una obra más que llamativa que hará las delicias de los seguidores de la conocida ilustradora.

Este juego precede y pone fin al texto teatral propiamente dicho, tratándose del rescate de la obra de un autor moldavo ya muerto que la autora adapta. Así, todos los elementos del libro (cubiertas, portadas, guardas, página legal, etc.) forman parte de ese juego inicial, conteniendo divertidos y antiguos recortes de prensa, el cartel de estreno de la obra en 1892, las esperpénticas circunstancias del autor -un nombre impronunciable- y su obra o una onomatopéyica presentación de la representación.

Tal y como se nos indica en la portada, La tortuga gigante de Galápagos es una tragedia en cinco actos para una mariquita, un mosquito y ocho animales de granja. Mariquita se quiere disfrazar de tortuga gigante para el inminente Carnaval. Piensa que con esa pretensión el suyo será el disfraz más bonito, a pesar de que Mosquito, su confidente, se empeña en hacerle ver que es un disfraz de demasiada envergadura para un animal tan pequeño. Ante la imposibilidad de que éste pueda echarle una mano, orgullosa, decide pedir ayuda. Pero los demás animales también se encuentran afanados en fabricarse el disfraz más espectacular de la fiesta. Las sucesivas negativas merman el ánimo y el entusiasmo de Mariquita, y  su sueño de resplandecer en Carnaval se convierte en decepción, tristeza y, sin darse cuenta, en toma de conciencia de su propio ser. A ello le ayudará, esta vez sí, Mosquito, quien, después de una conversación en la que se pone de manifiesto su realidad, la anima a presentarse como «mariquita de los claros del bosque». Esto dejará asombrados a todos, pues sus imposibles disfraces tratando de convertirse en quienes no son, no pueden hacer sombra a los auténticos y vivos colores de Mariquita. Esto no le impedirá seguir fantaseando y soñar con el próximo Carnaval y su disfraz de otaria blanca de las Islas Kerguelen. Parece ser que Mariquita no tiene remedio.

De esta forma se configura un texto sencillo, ágil gracias a los diálogos que conlleva el propio género, con un interesante trasfondo en el que, además, merecen destacarse especialmente las acotaciones, las cuales describen unas acciones cargadas de humor y las peripecias de una gallina cuyo final es difícilmente representable. Si consideramos la obra en su conjunto, conviene reseñar también la riqueza textual: artículos, extractos, anuncios publicitarios, carteles, pequeñas biografías, etc.

Desde el punto de vista visual, quienes busquen en esta obra el inconfundible sello de Rébecca Dautremer no se sentirán defraudados. Los personajes y escenarios aquí creados, los trazos, el tratamiento del color, las diferentes  atmósferas, recuerdan a su galería más próxima a lo onírico, sin que por ello sus páginas parezcan repetitivas.

A pesar de su forma teatral, las características del texto hacen que pensemos en una gratificante lectura/narración de este libro. No obstante, con una mínima adaptación, la expresión dramática y el juego escénico en diferentes variantes están servidos, regalándonos intensos momentos de imaginación para el aula.

Este libro se suma a otros de esta autora reseñados aquí en Literatil como Sentimento, Nat y el secreto de Eleonora o Alicia en el país de las maravillas. Os recordamos también la exposición de la ilustradora en el Espacio Edelvives del Museo ABC de Madrid hasta el 30 de septiembre, sobre su obra La Biblia.